Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI
- 164 - Experiencias de conflicto No importa el origen o posición socioeconómica, la edad o momento en que fueron madres: la maternidad las desafía y las abruma, al mismo tiempo que les da grandes satisfacciones. Las maternidades están cargadas de estereotipos, expectativas y saberes expertos, que guían las maneras de enfrentarlas y comprenderlas. En los dis- cursos de las madres trabajadoras asalariadas se reconoce el “deber ser” de la “buena madre”, aunque marcado por las experiencias singulares. Las pro- fesionales de posiciones medias/altas, a la hora de sobrellevar la materni- dad, consideraron importante leer, instruirse y preguntar a las voces exper- tas. Esta práctica se vincula con sus propias necesidades de aprender y desa- rrollarse intelectualmente, como así también con el deseo de “hacer las cosas bien” según ciertos patrones culturales. Entre las mujeres que han podido escoger sus recorridos laborales, la idea de la “buena madre” es aquella que puede permitirse pasar tiempo sin ellos/as y que hace “lo que le gusta” en el trabajo y la vida. La mayoría considera que tiene poco tiempo para compartir con los/as hijos/as, y valora más que esos momentos sean “tiempos de calidad”, es decir, momentos de conexión “real” con ellos/as, a través del acompañamiento y el diálogo fluido. Estas mujeres sienten que es importante separar los espacios vitales (familia, empleo, pare- ja), pero siempre viviendo con intensidad cada uno de ellos. En línea con lo que plantean Arteaga et al. (2021), las mujeres madres profesionales Incorporan así tanto el mandato de proyecto personal (mediante estu- dios, formación, viajes, deportes, etcétera) como el de súper madre. Consi- deran que esto las convierte en un ejemplo para sus hijas e hijos, y las trans- forma en personas saludables y felices, permitiéndoles cumplir mejor con su rol materno (p. 163). Este nuevo rol de madre descrito por la literatura, se validó abundante- mente en los relatos de las entrevistadas: Dejar huella, que se acuerden de lo bueno y de lo malo. No es la mamá perfecta, pero sí es la mamá que reconoce, que habla y quizás ahora es valorada con más seguridad, de contarles que las mamás no somos abnegadas, de que somos las mamás porque somos trabajadoras, y ser buena mamá es la suma de todo (Rosario). Para las madres trabajadoras de estratos sociales medios, la “buena ma- dre” está más asociada a la incondicionalidad con los/as hijos/as. La incon-
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