Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 130 - La (des)obediencia y más aparece la posibilidad de funcionamientos globales otros. Ahora bien, una particularidad de la investigación sobre el tdah en Chile es su relativa- mente temprana asociación con la pregunta por el mcd y sus orígenes posi- blemente más primitivos. Específicamente, desde fines de la década de 1990, el mencionado grupo de investigación sobre el tdah reúne inquietudes en re- lación con aquello que Varela llamó el núcleo duro de las neurociencias (Va- rela, 1990), con un fuerte componente genético. De esa manera, se logra establecer una línea de investigación que entron- ca con dos preocupaciones de larga data en el campo neuropsiquiátrico na- cional. Por una parte, con la investigación sobre la relación genética, cerebro y comportamientos, lo que revive en nuevos términos un debate tan antiguo como problemático en la psiquiatría: la cuestión de la herencia de los com- portamientos consideraros viciosos o, incluso, antisociales (Fuster, 2013). Por otra parte, la elaboración de una aproximación, que podríamos caracte- rizar como filosófica, desarrollada a partir de investigaciones científicas so- bre el funcionamiento neuroquímico del cerebro, posibilitada por las técni- cas y tecnologías de visualización electrofisiológicas. Examinemos primero la relación con la investigación sobre genética. La inquietud por el vínculo entre ciertos genes y el cerebro tdah, se seguiría de una investigación de más larga data que es, de hecho, la actualización de la pregunta por la heredabilidad de las conductas adictivas, particularmente el alcoholismo. Adoptando una posición que los autores califican de cautelo- sa, buscan abandonar la idea de que heredabilidad refiere principalmente al porcentaje de varianza explicado por caracteres genéticos, para avanzar ha- cia otros modelos, especialmente el de alelos compartidos de singular impor- tancia respecto de la genética del llamado cerebro-tdah. Y, por otra parte, desplazar el problema del carácter hereditario del alcoholismo propiamente tal, por un punto de vista más amplio que sería el de fenotipos conductuales. Cabría recordar, nos dice el artículo, que Cloninger 10 propuso que ciertas dimensiones de la personalidad detec- tadas a través de una prueba tridimensional, en especial la búsqueda de sensaciones nuevas ( novelty seeking ) estaban asociadas con alcoholis- mo tipo II. Estas asociaciones de alguna manera corroboran nuestra su- gerencia que no se hereda el alcoholismo sino ciertos fenotipos conduc- tuales que predisponen a los desórdenes adictivos (CP156, 2000: 1230). 10 Es interesante notar que el texto de Cloniger hace, precisamente, referencia al problema de las conductas adaptativas: “Cloninger CR. Neurogenetic adaptative mechanism in alcoholism. Science 1987; 236: 410-6”.

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