Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 127 - Hugo Sir la posibilidad y las dificultades que se experimentarían en el mundo adulto, prolongando las sospechas pioneras de Bravo. Así en 2003 en el primer ar- tículo hallado específicamente dedicado al tdah adulto en Chile, se señala a partir de un caso clínico que la persona en cuestión [c]onsideraba «normal» su dificultad para mantener la concentración, su necesidad de estar moviéndose constantemente, su elevado nivel de ansiedad e impulsividad. Refería que esas características «sólo me afectan en el área laboral» y le impedían desempeñar tareas que re- querían concentración por tiempo prolongado, aunque posteriormen- te percibía que estas condiciones también han afectado sus relaciones interpersonales a nivel familiar y social (cp145, 2003: 131). Es el problema del rendimiento que debería plantear una pregunta moral, del tipo ¿qué es lo que pasa conmigo?, lo que luego posibilita una respuesta bio- lógica. En ese sentido, es una incitación a una inquietud respecto de qué es aque- llo que puede ser considerado normal, cuestión que en los adultos se complejiza, sobre todo, pues sus condiciones intelectuales y psicológicas son, de hecho, con- sideradas normales o “sobresalientes” (CP61, 2007: 7). En ausencia de un pro- blema intelectual, el problema de rendimiento es en sí mismo un problema mo- ral: el peligro de la desadherencia a lo esperable, lo adecuado, lo exigible como normal. Y, al mismo tiempo, la apertura de la dimensión atencional implica que aquello que se entiende como normal esté en juego. 7. De la disfunción a un funcionamiento otro En línea con ello, la fundante pregunta por la relación entre las psicotera- pias y su sustrato biológico adquiere otros matices, pues al menos respecto de ciertos diagnósticos, toda terapia mediada por la palabra aparecerá cons- tantemente en rezago o inadecuación frente a la intervención farmacéutica. 9 En consonancia con el desplazamiento de la forma de interioridad disci- plinaria e inconsciente, la terapia no se mide tanto respecto del sujeto como del funcionamiento cerebral, el sustrato biológico, respecto del cual las y los diagnosticados se ven enfrentados como parte de su constante volverse indi- viduo, de su individuación (Simondon, 1995). Es dentro de la episteme informacional (Rodríguez, 2019) o cibernéti- co-sistémica, que el cerebro se estabiliza como un objeto de saber con un es- pesor e interioridad propia. Y es con relación a ello que la atención deviene 9 A pesar de intentar demostrar precisamente lo contrario como en CP42, 2004.

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