Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 124 - La (des)obediencia 1994 (CP145, 2003). La prevalencia a inicio de los 2000 se fijaba aún dentro de estándares acostumbrados de la media internacional (hasta un 5%), aun- que con sospechas de un subdiagnóstico (CP145, 2003; CP19, 2000). A la vez, había indicios de rasgos del tdah en Chile, que llamaban la atención de las y los investigadores. Especialmente, la inusitada prevalencia que mostraba un estudio de cohorte iniciado en la década de 1990, registrando hasta un 21,5% en 6° básico y, a la vez, una tendencia, extraña a la luz de la comparación in- ternacional, a aumentar en lugar de disminuir hacia la adolescencia (CP27, 2002; CP28, 2002). Estas publicaciones se acompañan, en general, con diversos llamados a profundizar la investigación, especialmente vinculada al uso de fármacos y su impacto en el rendimiento escolar. Si bien la etiología se considera en ge- neral y aun hasta hoy inestable, se aprecia un primado de la explicación neu- roquímica, en relación con sistemas dopaminérgicos hipoeficientes del snc, aparentemente de causa genética, que crearían desbalances químicos de dopamina res- ponsables del menoscabo en la atención, de alteraciones del compor- tamiento, de la impulsividad e hiperactividad (cp19, 2000: 10). Es sobre todo desde la actividad y los requerimientos de la clínica que la hipótesis de la disfunción se comienza asentar postulando que los neurotransmisores dopamina y norepinefrina estarían involucra- dos en funciones como la atención, concentración, motivación, inte- rés y el aprendizaje de nuevas habilidades. Una disfunción de estos neurotransmisores estaría involucrada en la etiología del tdah, espe- cialmente en áreas de la corteza prefrontal y de los ganglios basales (cp145, 2003: 1169) La asociación de la disfunción a una falta o déficit de dopamina y otros neurotransmisores involucrados en el sistema dopaminérgico o de motiva- ción-recompensa, se vincula como lo señalan los artículos citados en los tra- bajos nacionales (Barkley, 1994; Zametkin et al., 1990) al desarrollo de la in- vestigación en el efecto paradojal del estimulante a través de tecnologías de visualización e imagenología cerebral. Los resultados de estos estudios, no obstante, no sustentarán una sola teoría del déficit, sino que abrirán un es- pacio de debate respecto del funcionamiento de los mecanismos, de los sis-

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