Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI
- 113 - Eugenia Pizarro, Bárbara Olivares, Olga Espinoza, Nastassja Mancilla, Hugo Sir 1. Un diagnóstico controvertido El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (tdah), ha sido un diagnóstico constantemente discutido desde su formulación en el tercer Ma- nual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (dsm). 1 Es, en efecto, el objeto de investigación de uno de los primeros estudios sociológicos sobre medicalización de la vida (Conrad, 1975) y ha sido fuertemente criticado en investigaciones posteriores con elevada circulación internacional (Schwarz, 2016; Smith, 2012; Stiglitz, 2006). No obstante, tanto el diagnóstico infanto-juvenil, como los fármacos y controversias asociadas no han hecho, sino consolidarse y en algunos casos aumentar su prevalencia, cuestión particularmente relevante en Chile ha- cia finales de la primera década de los 2000 (Cottet et al., 2019; Reyes et al., 2019). Ahora bien, a este crecimiento neto que tendería a estabilizarse, se le suma la expansión de la población que puede legítimamente ser diagnostica- da. A partir de la quinta versión del dsm ( American Psychiatric Association [apa], 2014), ya no es obligatorio haber sido etiquetado durante la vida esco- lar, es decir, que por primera vez en la historia de la neuropsiquiatría es po- sible recibir siendo adulto este diagnóstico. 2 Detrás de esta modificación, que abre la posibilidad a todo un conjunto de nuevas y nuevos potenciales diagnosticados, se encuentra la profundización de las hipótesis y teorías neurológicas y genéticas a la base de su estabilización como diagnóstico. Efectivamente, como será propuesto aquí, la existencia y éxito de esta cate- goría diagnóstica está vinculada a la configuración de un espacio intracerebral, de una interioridad del cerebro molecularmente intervenible. Y ello, sostengo, se hallaría anclado a un desplazamiento epistémico (Foucault, 1993, 2005), es decir, a una modificación en los objetos de saber que son socialmente produci- dos y sus efectos en distintas dimensiones de la realidad social. Junto a ello, en- contraremos dos aristas de la experiencia atencional contemporánea que ayu- dan a dar cuenta de la configuración y persistente expansión del diagnóstico, ahora también, adulto. 1 En inglés: Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders 2 Aun cuando obligue a reconsiderar o recomprender las actitudes que se tenían antes de los 12 años como ín- dices del mal no diagnosticado (apa, 2014).
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