Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 103 - Víctor Orellana y Fernando Carvallo 6. Discusión: abrir la pregunta por el sujeto que emerge tras la masificación Como se ha comentado en los apartados anteriores, asistimos a la consolida- ción de la estructura ocupacional con base en el sector terciario. La fuerza de trabajo de aquel sector es una que pasa cada vez más, en proporción, por la educación superior y, en ese sentido, da cuenta de un proceso de credenciali- zación de dicha estructura productiva. Para estos contingentes sociales, des- de la perspectiva del significado de su acción, la educación superior aparece como una estructura normativa común que consiste en la promesa de dismi- nución o superación del carácter coactivo del trabajo como vehículo para al- canzar la felicidad. Este horizonte normativo integra a los sujetos en la cons- titución de una identidad profesional, la que les permite diferenciarse del res- to de los trabajadores en el modo en que asumen las obligaciones del trabajo. Este proceso permite dar cuenta, observando una mutua determinación estructural y subjetiva, de la configuración de una nueva realidad social y de clase, al mismo tiempo que un nuevo tipo de individuo (con sus habilidades de iteración y reinvención, por ejemplo). De este modo, se hace posible distinguir factores estructurales y subjetivos que permiten observar las tres dimensiones relevantes para Wright al definir una clase, a saber, la posición en la estructura social, el proceso de formación de clase y la conciencia de clase (Wright, 1985). En dicho proceso, y retomando la discusión teórica antes presentada, la expan- sión de la educación superior no lleva a una ampliación de la clase de servicios, pero tampoco puede reducirse a una mera reproducción de las clases trabaja- doras del siglo xx: la educación superior masiva contribuye a una fuerza cons- tituyente de un nuevo sujeto social, para el cual el trabajo como puro sacrificio es mucho menos legítimo (con los dilemas de funcionamiento que aquella dis- minución de legitimidad prefigura para una sociedad capitalista). Esta nueva realidad social es animada por un emergente sujeto social que experimenta contradicciones internas, entre las limitaciones estructurales del campo ocupacional y las potencialidades de su trayectoria educativa. Una di- ferenciación estructural que no necesariamente está determinada por los in- gresos (aunque incluya esta arista), sino que se relaciona más con la forma histórica que adquiere el discurso de los sujetos, su subjetividad y expectati- vas. Son sectores que se ven envueltos en un endeudamiento permanente que va constituyendo su posición en el sistema, dado que no han podido acceder a los trabajos prometidos (no hay espacio estructural para todos), ni tampo- co alcanzan plenamente a satisfacer sus necesidades inmediatas. Así experi-

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