Chile desbordado. Tensiones, resistencias y construcciones colectivas en el siglo XXI

- 102 - ¿Una nueva clase trabajadora? El sujeto se forma al enfrentar este tipo de decisiones: así surge la for- ma subjetiva de un trabajador genérico de los servicios que debe movilizar- se para conformar, por la vía de los estudios, su propia fuerza de trabajo, y su disposición a enfrentar el carácter coactivo del trabajo bajo la promesa de superarle (o al menos disminuirle). Los sujetos se hacen lo que son en este trance, más allá que bajo preceptos normativos fracasen o tarden más tiem- po en titularse, o según tal o cual modelo exhiban competencias bajas. Las decisiones de abandono de estudios son así racionales: se elige abrazar otros caminos, sean laborales o parentales. Es aquel tipo de formación y constitu- ción social e individual la que debe llamar la atención: una más individuada y más socializada —a la vez— que la experiencia de la generación anterior, por cuanto amplía los círculos formativos de los entornos familiares e inme- diatos. Una forma subjetiva específica, la propia de la economía de servicios actual, y distinta tanto de la clase media tradicional como de otras formas de subjetividad popular previas. Cuando tiene que incorporarse al mercado laboral y llega a la edad que Goldthorpe (1992) considera de madurez sociodemográfica (en torno a los 35 años), este tipo de sujeto está obligado a desarrollar en positivo ciertos ras- gos que le permitan manejar los desafíos estructurales de la alta rotación la- boral. Siguiendo a Araujo y Martuccelli (2012), las personas dan soluciones biográficas a desafíos estructurales. El switch de la adultez activado en los es- tudios da los elementos para dos principios de acción que devienen centrales en su vida laboral: la iteración y la reinvención. Por iteración describimos su capacidad para intentar las cosas varias veces, su resiliencia al fracaso y su capacidad para levantarse de nuevo (habilidad que se entrena también en los vaivenes de la vida amorosa y familiar). Y por reinven- ción, en el propio léxico de los sujetos, entendemos la capacidad para desplazar- se de ámbitos económicos y laborales, para llevar adelante distintas actividades. Esta habilidad para la reinvención se conecta con la añoranza de viajes propia de la juventud, con la idea de poder ser de diferentes formas, empe- zar proyectos nuevos, sea por obligación o por decisión propia. La subjetivi- dad altamente estudiantilizada de la juventud, con su mayor carga tanto de socialización como de individuación, deriva en una adultez que debe ser más firme al mismo tiempo que más flexible: aquietar los dolores del alma que la incertidumbre estructural genera se empina entonces como un desafío cen- tral para las personas. Firmeza, flexibilidad y salud mental se hacen enton- ces las labores más constitutivas de su propia personalidad.

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