Kinan'nm: gastronomía haitiana en el paisaje alimentario de la Región Metropolitana

58 función metonímica con la totalidad gastronómica. Eso explica que aunque las poblaciones migradas se encuentren eventualmente en una condición económica pauperizada, están dispuestas a pagar el precio más elevado que pueden tener sus equivalentes locales. Por ejemplo, 1 libra (453 gra- mos aproximadamente) de margarina Ti Malice , comprada al mayoreo, vale cerca del doble que el valor comercial mi- norista de una margarina local. Lo mismo ocurre con otros alimentos que, aunque su pre- cio es elevado -y suelen ser reemplazados en la cocina coti- diana- se compran para ocasiones especiales en que el sabor busca ser más cercano al tradicional, como en el caso del mirlitón y la malanga. “Te voy a decir cómo son los haitia- nos, compran cosas como recuerdo, algo de su país, cuando compra algo, ese viene de mi país, ese es bueno, cuando ven un producto de su país se siente feliz”, afirma Feguens. Y luego concluye: “Están buscando recuerdos de los produc- tos suyos, hay productos que son exóticos, cuando ese pro- ducto viene acá a Chile, piensa que está en su país”. Producto de la misma nostalgia, es que con el pasar del tiempo se ha creado un mercado interno de abastecimiento de productos procesados, que habilita otras posibilidades para reconstruir su tradición alimentaria (Kaplan y Carras- co, 1999). Junto a la importación de insumos y alimentos procesa- dos, surge localmente una instancia alternativa de micro- producción de alimentos que buscan entregar al mercado interno preparaciones que, quizás por su producción arte- sanal, no son fáciles de incorporar a las cadenas transna- cionales. Por ejemplo, el kremas , mamba (mantequilla de maní), tablèt kokoye (dulce de coco), akasan (batido de maíz endulzado). Al preguntar a los representantes de las cafe-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=