Kinan'nm: gastronomía haitiana en el paisaje alimentario de la Región Metropolitana

33 ello, afirman que “los condimentos tradicionales son elemen- tos culinarios de alta prioridad y los grupos de inmigrantes suelen hacer grandes esfuerzos y gastos para conseguirlos en entornos extranjeros” (Rozin y Rozin, 1981:6). Dicho lo anterior, es innegable que, en el contacto con la al- teridad, las culturas -también las alimentarias- se hibridan y sincretizan. Si las cocinas reflejan a las sociedades o colectivos sociales que las construyen, ya que -como afirman Contreras y Gracia- “guían la elección de sus alimentos, cuyo conjunto constituye un corpus más o menos estructurado de criterios que les corresponden y, por esa razón, le confieren una par- ticularidad sea diferencial, sea distintiva” (Contreras y Gra- cia, 2005:216), los nuevos contextos migratorios tensan estas elecciones, problematizándolas y poniéndolas en suspenso. Como afirman Kaplan y Carrasco, “en las situaciones de des- plazamiento, voluntario o forzoso, las dinámicas alimenta- rias vividas (prácticas, comportamientos, concepciones) en la situación de origen se suman a los nuevos inputs econó- micos, sociales y culturales vividos en la situación de destino” (Kaplan y Carrasco, 1999:12), y las nuevas reconfiguraciones y adaptaciones dependerán de al menos tres dimensiones: el rol que juega la alimentación en cada una de las tradiciones culturales en contacto, la inserción laboral y social del colec- tivo migrante, y los efectos nutricionales y sanitarios de las adaptaciones realizadas. Asimismo, Kaplan y Carrasco identifican tres elementos simbólicos que están en juego en el plano alimentario cuan- do se produce el contacto intercultural: la tradición, los em- blemas y la identidad. Por tradición se refiere a normas y prácticas compartidas por el colectivo en un periodo vivido o imaginado como estable, y que construye la autoimagen del presente. Incluye la selección de alimentos, transforma- ción y manipulación. En el caso de los grupos de personas