Desde los territorios: repensar un proyecto país
80 – desde los territorio s . repensar un proyecto de país Se produce, de esta manera, una dicotomía entre un plan ordenado y levantado según cánones europeos, por un lado, y los cerros, con un espontaneísmo arquitectónico y urbano propio de los grupos populares que se han asentado en ellos, por otro. Esto ha ido de lamano con el hecho de que, históricamente, entre los pocos proyectos de modernización económica y urbana concretados en la ciudad, la mayoría se han enfocado en el plan de la ciudad, fragmentando aún más su desarrollo, y generando, incluso, un paradigma de la escisión, donde cerro es la “barbarie” y plan es la “civilización”. No existiendo grandes cambios en este respecto en las décadas que culminaron el siglo pasado, con la llegada del siglo XXI se diseña, desde el gobierno central, una estrategia para darle un nuevo perfil a la alicaída ciudad y a sus barrios. Así, el 6 de mayo de 2003, se decide nombrar a Valparaíso como capital cultural de Chile (Senado, 2003). Seguido de esto, el 2 de julio del mismo año, un área histórica de la ciudad es declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad (UNESCO, 2003). En el contexto actual de Valparaíso, el desarrollo patrimonial y turístico ha sido visto por muchos como una posible salida a la precaria situación de la ciudad. Para comprender estas expectativas, es preciso primero acercarse a algunas nociones sobre qué es el patrimonio, cómo se ha gestionado y cuáles son las oportunidades y desafíos que enfrenta su auge, de tal forma de saber si efectivamente puede ser un factor clave en el desarrollo integral de la ciudad. La UNESCO señala, con respecto al patrimonio, que: toda creación tiene sus orígenes en las tradiciones, pero se desarrolla plenamente en contacto con otras. Esta es la razón por la cual el patrimonio, en todas sus formas, debe ser preservado, valorizado y transmitido a las generaciones futuras como testimonio de la experiencia y de las aspiraciones humanas, a fin de nutrir la creatividad en toda su diversidad e instaurar un verdadero diálogo entre las culturas (UNESCO, 2001, p.68). En el caso de Valparaíso, la declaración de la UNESCO se produjo principalmente a raíz de los atributos surgidos de la historia portuaria de la ciudad, con su singular escenario geográfico, urbano y de prácticas culturales particulares que se fueron desenvolviendo en esta relación 5 . El Consejo de Monumentos Nacionales (2004) señala que entre las expresiones materiales que le otorgan el reconocimiento y la admiración mundial a la ciudad-puerto se encuentran: su arquitectura diversa y particular en sus tipologías y estilos, de una relevante impronta extranjera; un trazo urbano configurado como desafío permanente a la dificultosa topografía local; espacios públicos que han sido escenario para la interacción e integración social de la ciudad; los sistemas de transporte tradicionales que siguen operativos, tales como ascensores y trolebuses; y la infraestructura y expresiones materiales de índole portuaria, aduanera, naval y/o pesquera que reafirman el vínculo de la ciudad con el mar, incluyendo el patrimonio cultural subacuático de la bahía. 5 En este sentido, el documento de postulación para el reconocimiento como Sitio de Patrimonio Mundial precisa que: “El bien que se postula corresponde a un sector de una ciudad de carácter marítimo-portuario, cuyo trazado y arquitectura son una respuesta a un medio geográfico y topográfico muy particular. Las condiciones geográficas fueron en este caso tan fuertes, que la adaptación de las formas construidas al medio dio lugar a un resultado plenamente original y singular.” (Consejo de Monumentos Nacionales, 2004, p. 29).
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