Desde los territorios: repensar un proyecto país
El difícil encuentro de La Araucanía con el desarrollo – 191 tuyéndose por 151 productores lácteos. Las plantas procesadoras de la industria láctea menor en la región de La Araucanía son 11, las que en su totalidad procesan un volumen de 10.559.505 litros al año 2013, de los cuales 5.519.090 litros son produ- cidos por ellas mismas y 5.040.415 adquiridos por medio de agricultores productores de leche. De las 11 plantas, 8 de ellas trabajan con proveedores externos, que para el año 2013 correspondían a un promedio anual de 50. A enero de 2011, la cantidad de productores en la región de La Araucanía era de 315, con un volumen total anual producido de 158.480.496 litros de leche, en una superficie destinada directamente a esta actividad equivalente a 24.081 hectáreas y con un rebaño total de 31.364 vacas. El 78% son productores cuyo volumen de producción es inferior a 500.000 litros/año, contribuyendo con el 18%de la producción lechera de la región (Aproleche, 2011). Esta composición del sector lácteo actualmente se encuentra conviviendo con un problema que afecta tanto al sector silvoagropecuario como a la propia industria agroalimentaria y es parte de su patio trasero: el acceso a agua potable rural. Más de un 78% de familias campesinas de La Araucanía, usuarias de los programas del Instituto de Desarrollo Agropecuario enChile, señalan que el acceso hídrico para consumo humano se realiza a través de pozos. Esto de acuerdo con un estudio que encuestó a 1.500 agricultores de la región, situación que implica serios riesgos para estas mismas familias, además de los distintos procesos productivos tales como la producción de quesos, lavado de frutas y hortalizas, manipulación de alimentos, entre otros (Torralbo, 2013). 6. Conclusiones y escenarios La región, como es recurrente a nivel nacional, tiene un carácter rentista donde los sectores más aventajados son “comercio, restaurantes y hoteles” y “servicios personales”. Si focalizamos el análisis al crecimiento del PIB, en los últimos diez años los sectores de mayor importancia se han basado en la “agricultura”, “industria manufacturera” y el “comercio”. El perfil de empresario “schumpeteriano” no pareciera acontecer en el desarrollo productivo chileno, ni en la región de La Araucanía, según la historia económica chilena, ya que durante los siglos XIX y XX los ejes productivos de la región fueron la agricultura, ganadería y la actividad maderera, donde los ele- mentos disruptivos, innovadores e industrializadores no parecen estar presentes. Las explicaciones a este fenómeno son esencialmente cuatro. En primer lugar, los ejes productivos eranmayormente cómodos para el empresariado de la época: la ganadería se basaba en la cría y engorda de ganado, la actividad maderera se sustentaba en la explotación indiscriminada de bosque y la agricultura se basó en formas tradicionales de cultivo con escasa tecnificación. En segundo lugar, las políticas estatales no contribuyeron a industria- lizar el país ya que no se creó una plataforma que facilitará este proceso: escasa infraestructura, caminos, transportes expeditos, bodegas que protegieran la producción en estaciones ferroviarias y el desarrollo científico tecnológico. En tercer lugar, interfirieron las paupérrimas condiciones sociales y económicas del pueblo mapuche quienes fueron víctimas de robos de tierras, discriminación, injusticias, y empobre- cimiento, que hicieron compleja su incorporación a un proyecto productivo. Finalmente, en cuarto lugar, el empresariado fue extremadamente conservador, conformista y con poca motivación para hacer algo más que vivir de la comercialización de materias primas, muy distante a la figura schumpeteriana donde la empresa es el actor principal en el desarrollo de innovaciones expansión de la industria. En La Araucanía y en Chile no se habría desarrollado un capitalismo industrial sino uno mercantil y financiero (Salazar, 2011; Pinto &Órdenes, 2012; Meller, 2007). Basándonos en el presente análisis, consideramos que la región tiene como desafío el conectar un sector tractor de la economía regional – como lo es el agroindustrial – con un sector agropecuario – con menos indicadores económicos favorables, pero que ofrece alta empleabilidad en la región, especialmente a los hombres mapuche –. Es decir, la reconexión de lo dual en la Araucanía según Falabella: si bien la economía
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