Desde los territorios: repensar un proyecto país

El mercado del trabajo: un nudo al desarrollo en la región del Biobío – 175 7. Conclusiones finales En diversos foros se escucha decir que la causa de los problemas que afectan a la región es la carencia de capital social. A la luz de los datos expuestos nos atrevemos a decir que el proceso de desindustrialización que afectó a la región a partir de los años setenta trajo aparejado un proceso de “descapitalización” de su recurso humano y que en el presente este fenómeno no ha sido revertido. En definitiva, observamos una situación de “desencadenamiento” al nivel de sus universidades, entre los territorios al interior de la Región del Biobío (Falabella y Gatica, 2014), una desconexión de los tejidos socioproductivos, entre otros aspectos. Esta condición impide generar las “fuerzas” que estimulen el desarrollo endógeno. Aquí está el desafío de “descentrabar” estos “cuellos de botella” con una política pública-privada más activa. La pregunta de base es ¿qué hacer para revertir la precaria situación del mercado de trabajo y del limitado desarrollo regional? La respuesta, a la luz del manejo de las variables analizadas: las cadenas productivas, la innovación y la institucionalidad, parece dejar mayor espacio de maniobra a estas últimas, toda vez que la estructura productiva responde a una dinámica de mercado internacional que será difícil de modificar, al menos en el corto plazo. El sistema regional de innovación, con el apoyo de políticas pú- blicas, podrá orientarse enmayor medida hacia temas sociales, medioambientales y de fundamental interés para el desarrollo regional. La institucionalidad puede y debe ser modernizada, la reforma laboral puede ser una importante oportunidad, pero también se hace necesario un esfuerzo regional en vista de mayor participación sindical y gremios empresariales modernos con visión regional y de futuro. Como reflexión final nos queda claro que, por el camino escogido, la región y el país no avanzan hacia el desarrollo. Después de 40 años de políticas neoliberales se hace necesario un profundo debate que nos permita darle un giro radical al modelo. Desde estas líneas nos parece que el problema no es económico, lo es más bien de carácter ético y conceptual. En países de profundo arraigo democrático y en donde se cultiva un amplio respeto social hace mucho tiempo que han dejado de lado la ortodoxia neoliberal dando paso a conceptos que incluyen la sustentabilidad medioambiental, la inclusión social, amplias prácticas democráticas y el más profundo respeto de los derechos humanos. No es suficiente que los problemas sean abordados de manera técnica o sustentable económicamente, las grandes iniciativas, particularmente las que afectarán a las generaciones futuras, exigen unamirada centrada en las personas y que sean dotadas de la debida legitimidad social lo cual demanda mucho dialogo, participación y conducción de actores sociales.

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