Desde los territorios: repensar un proyecto país

Introducción – 5 las empresas hoy, en particular su libertad de acción -respaldada constitucionalmente-, permitiendo comprender mejor las investigaciones del libro sobre su comportamiento autónomo en los territorios. Wilson Peres, Grandes empresas y grupos industriales latinoamericanos (1999) hace un análisis desde CEPAL pormenorizado el liderazgo empresarial de 20 grandes empresas chilenas en América Latina, 12 de ellas entre las 50 conmejores resultados y no solo financieros. El autor destaca que estas industrias están en sectores emergentes, como eléctrico y telecomunicaciones y no solo en commodities forestal, minería, pesca como en años anteriores, afectando la movilidad de los grupos económicos. También subraya sus decisiones estratégicas, que les permiten su autonomía en la economía definidas más allá de sus condiciones endógenas, asociadas a su trayectoria, nivel tecnológico y estilo fuertemente adaptativo a las condiciones prevalecientes en su proyección. Además su diversidad en cuanto origen y tamaño, y su flexibilidad para adaptarse a su entorno y disposición de cambio. Se profundizó el análisis estudiando las estratégicas corporativas del Grupo Matte, Angelini, Enersis. Las 20 mayores empresas representan el 15% del PIB y, con pequeñas y medianas-empresas asociadas, 80.000 empleos. Eugenio Rivera define en el análisis del sector de telecomunicaciones (2000) un entorno institucional que lo ha marcado, generado bajo el régimenmilitar. Subestimó la capacidad autorreguladora del mercado y la capacidad de las instituciones en la construcción y desarrollo eficiente de estos mercados. Se sumó una perspectiva ideologizada indica, construyendo un sistema político destinado a proteger el modelo económico establecido, que dificultó perfeccionar iniciativas institucionales de diferentes actores, incluyendo al Estado. Este sistema entrampado agudiza las desconfianzas y conduce a relaciones público- privadas conflictivas. Rivera resume sus resultados con la inexistencia de mecanismos de participación de afectados, falta de institucionalización de los procesos regulatorios, y alto hermetismo y falta de trasparencia, lo que termina por dificultar la cooperación en las telecomunicaciones. Además, subraya la falta de mecanismos institucionales de trabajo entre legisladores, administradores del marco regulatorio, los grupos de interés. Esto lo atribuye a la intención de organizar un complejo mecanismo de protección del sistema económico eficiente que se creía estar creando, con un sistema institucional de fuerte sesgo en contra de su transformación (sistema electoral binominal, senadores designados, voto popular superior al 66%para obtener mayoría en el Senado, sistema de quorumque hace prácticamente imposiblemodificar la Constitución y las leyes orgánicas -AFP, plan laboral, código de aguas, educación- sin contar con el acuerdo pleno de la oposición, más un fuerte presidencialismo). El análisis recorre la desregulación del sistema de telecomunicaciones, privatización, que posibilitaron a sus organizadores apropiarse de ellas mediante el llamado capitalismo popular e inversiones institucionales usando mecanismos como “colegisladores del régimen militar” (acompañantes de los cuatro comandantes en jefe). Claudio Ramos, La transformación de la empresa chilena (2009) hace un análisis pormenorizado del tipo de gran empresa resultante post transformación radical bajo dictadura. En sus relaciones internas, siguen prevaleciendo relaciones verticalistas, con alta diferenciación de poder, y con marcado grado de desconfianza y distancia social entre ejecutivos y trabajadores. Esto ha dificultado el avance en capacitación técnica de los trabajadores, su uso y desarrollo de conocimiento y por eso la extensión de la reflexividad organizacional es baja, así como la gestión de recursos humanos y capacitación. El autor concluye que se trata en conjunto de rasgos marcadamente desbalanceados entre su flexibilidad operacional y los negativos recién expuestos, en especial la falta de reflexividad en el núcleo central de la empresa más allá de sí mismo, solidificando su inercia por falta de decisión de cambio y condiciones institucionales que impiden exigirlos. Valora el rol de Estado desde 1990 empujando ese cambio en sus condiciones deficitarias legal-laborales, el rol de apoyo de la Dirección del Trabajo, la extensión TIC y otras, pero sin resultados significativos. Su explicación la centra en la solidez de las redes extensas y amplias de propiedad de los grupos econó- micos, aprovechado ampliamente la potencialidad de su condición económica de hegemonía y sustento institucional. Además, su fuerte entrecruzamiento y enlace con transnacionales y capital extranjero. Es una transformación con importantes rasgos de postfordismo, pero desbalanceada por el corte interno a

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