Desde los territorios: repensar un proyecto país

El mercado del trabajo: un nudo al desarrollo en la región del Biobío – 153 EL MERCADO DEL TRABAJO: UN NUDO AL DESARROLLO EN LA REGIÓN DEL BIOBÍO Luis Méndez Briones y Francisco Gatica Neira. 1. Introducción Desde mediados de los años setenta del siglo pasado, las economías mundiales comenzaron a dejar de lado lo que en su momento se llamó el modelo fordista de producción, que en Chile y varios países de la región latinoamericana tuvo su manifestación en el Modelo de Sustitución de Importaciones. Desde entonces se han hecho esfuerzos por abordar el desarrollo con énfasis en la economía de mercado, con iniciativa privada, reducción del tamaño del Estado y crecimiento centrado en factores abundantes de bajo costo (recursos naturales –RRNN- y mano de obra barata). En términos macroeconómicos las cifras son favorables, hoy nuestro país está entrando al club de países que bordean los 25.700 dólares por habitante al año. Sin embargo, los costos en desigualdad en la distribución del ingreso y el desarrollo desequilibrado de las regiones, presencia de oligopolios y bajo encadenamiento entre sectores, nos ubican en los peores lugares a nivel internacional, y estas son las fuerzas estructurantes que explican el clima de malestar social evidenciado en octubre del 2019 en Chile. En el balance a nivel nacional, la región del Biobío aparece entre las más empobrecidas, con mayores niveles de desempleo y un descenso continuo en su contribución al producto nacional. Diagnóstico que es compartido por amplios sectores de la región y que hace urgente repensar el modelo. En materia de diagnóstico los problemas de la Región los podemos agrupar en el plano económico, en el ámbito de la desigualdad y el centralismo nacional e intrarregional. Enmateria económica, a pesar de los equilibrios y el crecimiento del país, la expansión del monocul- tivo forestal ha pasado a ser una importante limitante del desarrollo futuro de la región al restar suelos de aptitud agrícola base de un crecimiento agroindustrial de mediano y largo plazo (Gatica, 2012). En el ámbito de la desigualdad esta se manifiesta en el plano social y económico, las cifras del PNUD (2005) sobre desarrollo humano así lo confirman. Si pasamos de los datos a las constataciones cualitativas, la desigualdad se hace más evidente en los ámbitos del acceso al trabajo, en las diferencias de acceso a la educación, en la participación política, y en la discriminación hacia las mujeres y grupos minoritarios. Lo descrito es la base de la desconfianza y la carencia de capital social necesario para el desarrollo. El centralismo nacional e intrarregional es otro hecho notorio. Daña al país en su conjunto, pero en la región del Biobío, se ha manifestado como conflicto desde los albores mismos de la república y la salida federal impulsada por el Presidente Freire 1823 y 1828 (Rojas, 1995). Existe una suerte de cultura del centralismo que abarca planos como el económico, el institucional, a las élites políticas, los medios de comunicación, el aparato jurídico, las Universidades, entre otros y cuyos síntomas también se expresan al interior de la propia región del Biobío. Lo anterior ha sido consecuencia de la adopción de un modelo cuyas bases se encuentran en lo que originalmente se llamó “El consenso deWashington”, expresión adjudicada a JohnWilliamson, economista inglés y miembro del Instituto Peterson de Economía Internacional, para describir la formulada aplicada por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a los países latinoamericanos azotados por la crisis de la deuda externa (Williamson, 1990). Los 10 puntos considerados en la versión original fueron: 1. Disciplina de la política fiscal. 2. Redirección del gasto público. 3. Reforma tributaria.

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