Desde los territorios: repensar un proyecto país

Los nudos del desarrollo que enfrentan los sectores frutícola y vitivinícola – 147 des en el Estado actual para generarlas. Como una etapa estratégica intermedia se relevan instrumentos ya existentes, como los Programas de Coordinación Territoriales, conducidos por CORFO, a modo de instancia de aprendizaje y de generación de espacios de confianzas público-privadas. Ahora, estas agencias deben contar con un conjunto de incentivos y señales que estimulen estos propósitos, así como establecer alianzas con agentes locales que faciliten la conducción de tales indicaciones, en lo posible agentes por- tadores de capital social local. En términos generales, y sólo en forma indicativa, se deben contemplar los siguientes aspectos: i) Para el desarrollo de los servicios de apoyo a las cadenas vitivinícola y frutícola regionales, estas agencias deben estimular y focalizar recursos -entreONG y universidades- para investigación y trasferencia tecnológica en el ámbito de la vid, mejoras de procesos de mecanización frutícolas, y estudios que lleven a bancos de datos sobre mercados, procesos productivos y métodos de innovación. Asimismo, focalizar y estimular joint-ventures y capitales de riesgo asociados a la transferencia tecnológica, y procurar la administración y gestión local de proyectos asociativos tanto para la producción como exportación de empresas pequeñas y medianas, con bancos de datos y recursos propios. En el sector frutícola, se debe estimular el desarrollo de redes de consultorías en procesos de capacitación, mecanización y de gestión, y de desarrollo de nuevas especies y capacidades en el control de plagas. Le cabe un rol especial a CORFO y sus agentes intermediarios, de forma de atraer no sólo a los empresarios más dinámicos, sino también aquellos menos proclives a la innovación y/o con menores respaldo financiero. Las dinámicas de exten- sionismo con los pequeños productores deben ser reforzadas tanto en cantidad como en calidad de los profesionales involucrados. ii) Respecto de la condición de los factores, el primordial refiere al capital humano calificado. En el vitivinícola se deben se deben intensificar intercambios y pasantías de enólogos y técnicos con producto- res e institutos de investigación extranjeros y programas de capacitación vitícolas y vinícolas. En el sector frutícola se necesitan redes de consultores en procesos de capacitación y mecanización de faenas. iii) Sobre las condiciones de la demanda, es importante estimular el consumo doméstico como ele- mento potenciador de la innovación y, en esta perspectiva, debe intensificarse el fomento de los circuitos turísticos del vino y de la fruta regional, y atraer a los consumidores nacionales e internacionales a estos circuitos. Además, se deben desarrollar programas y ferias de estímulo del “vino regional” (Valles del Maule y Curicó), en alianza conmunicipios, viñas y agencias públicas de promoción (CORFOy ProChile). Del mismomodo, desarrollar estudios de mercados e información estadística sobre las tendencias de consumo con una amplia difusión en el entorno regional. En el ámbito frutícola se debe agregar el desarrollo de ferias y gourmets locales. iv) Por último, respecto de las estructuras y estrategias empresariales, éstas tenderán a externalizar actividades (abastecimiento) y a desarrollar innovaciones más intensas en la medida que los costos de transacción intrarregionales sean menores. El estímulo, por tanto, de los programas de certificación entre pequeños productores y la eliminación de la autorreferencia y fomento de la calidad es importante. Para ello, estas agencias de desarrollo frutícolas y vitivinícolas deben establecer alianzas estrechas con las universidades locales, refuerzo de las capacidades del INDAP, e involucrarse con organizaciones no gu- bernamentales que cuenten con redes y legitimidad dentro del mundo rural, para estimular el fomento de la calidad (certificaciones de calidad, uso de mejores cepas entre agricultores pequeños, entre otros). Asi- mismo, se debe fomentar la organización y participación en ferias y el uso de instrumentos de promoción. v. Definitivamente se deben reforzar las organizaciones sindicales, tanto en su rol de negociación de la distribución de los beneficios, así como de catalizadores de los procesos de capacitación de los trabajadores. Para ello se pueden comenzar por articular y fomentar procesos de organización y capacitación focalizados en empresas con menor rechazo a la organización sindical, conociendo por ej. avances en las relaciones laborales en SURFRUT. Así también, es necesario revitalizar las mesas de trabajo para que vayanmás allá de la sola flexibilidad de la jornada de trabajo y consideren negociar tratos, estabilidad, condiciones de

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