Desde los territorios: repensar un proyecto país
Los nudos del desarrollo que enfrentan los sectores frutícola y vitivinícola – 145 rasgos, que muestran a su vez los desafíos que enfrentan: 7.1 En el ámbito frutícola El sector frutícola, mayoritariamente presente en la provincia de Curicó, ha tenido un crecimiento importante en los últimos diez años, aunque ralentizado en los últimos dos. Tiene como gran oportunidad la megatendencia mundial hacia los alimentos saludables, frescos y orgánicos, pero para mantenerse en los actuales segmentos de mercado y en los emergentes, debe superar sus capacidades de asociación interempresarial horizontal y vertical, incrementar la investigación y desarrollo (I+D) en nuevas variedades, e internalizar las que se desarrollan externamente. Así, el sector frutícola debe aumentar sus capacidades logísticas, de trazabilidad, superar riesgos fitosanitarios, disponibilidad de agua y energía. Del mismo modo, desarrollar las capacidades de la mano de obra y de organización de los trabajadores. En términos de cómo se estructura el sector se distinguen los siguientes segmentos: i. Productores pequeños: con tendencia a salir de la industria, falta de escala, falta de acceso a tecnología y con problemas de asociatividad. Las cooperativas pueden ser parte de la solución. El punto es cómo articular mejor su desarrollo. ii. Productores mediano-grandes: con el desafío demejorar productividad, (mecanización, profesio- nalización y mejoras de variedades). Factor clave: Acceso a centros de transferencia tecnológica, redes de consultores y apoyo de capitales-riesgos, además de líneas de crédito bancarias que se adapten al ciclo agrícola. iii. Empresas Exportadoras: dominan el mercado interno por su poder comprador, pero enfrentan una competencia internacional creciente, nuevas variedades demandadas en los mercados in- ternacionales, con el desafío de identificar nuevas tendencias y requerimientos de los mercados internacionales y cómo traspasan esas nuevas exigencias a sus proveedores internos (grandes, chicos y medianos). Respecto del aprendizaje tecnológico local, hay fuertes heterogeneidades en las capacidades de los diversos actores de la industria frutícola regional, aunque CORFOy ProChile tienen una presencia dilatada en el sector frutícola a través de sus diversos instrumentos y agentes intermediarios, pero que no resuelven completamente las dificultades de articulación empresarial y con los trabajadores (desarrollo del “capital social regional”). El extensionismo y capacitación tiene mucho espacio para crecer, tanto en el ámbito de los pequeños productores, como de los medianos y grandes. En este último segmento, el apoyo público ha tenido resultados importantes, pero, como ya se señaló, no resuelven completamente los problemas de articulación y son apoyos que tienden a ser utilizados por los agentes más dinámicos y/o consolidados. Por último, habiendo un reconocimiento de la seriedad y profesionalismo de buena parte de las agencias públicas (CORFO, Prochile y SAG) otras, como INDAP, estarían sufriendo una disminución de sus ca- pacidades. En general, existe la percepción de que la coordinación entre las agencias públicas de desarrollo productivo puede ser mucho mejor a la exhibida actualmente. 7.2 En el Sector Vitivinícola Constituye un sector relativamente estancado en su volumen exportador en los últimos años, debido, en parte, a la emergencia de nuevos países competidores. Presenta una estructura claramente segmentada entre grandes productores (exportadores) que concentran gran parte del volumen exportado, sin perjuicio de un sector de medianos exportadores, bastante profesionalizados, más visibles en Talca. Hay un sector de pequeños productores, especialmente vitícolas, con algún grado de desarrollo, especialmente a través de cooperativas que han logrado permanecer (especialmente en Curicó), aunque con resultados diversos. Destacando los “matices” entre Talca y Curicó, se distinguen tres grandes rasgos en la estructuración
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