Desde los territorios: repensar un proyecto país
Los nudos del desarrollo que enfrentan los sectores frutícola y vitivinícola – 143 6. Desafíos transversales a ambos sectores productivos En un primer nivel se constatan un conjunto de requerimientos para ampliar y mejorar la cobertura de la producción actual: • Disponibilidad de agua: El largo déficit hídrico que vive al país, en especial zona central, urge invertir en obras de riego mayores que sólo pueden venir de una iniciativa de la política pública. Además, es necesaria una modificación a la normativa que regula los derechos de agua. Del mismo modo, se requiere eficiencia en el uso del recurso y eso pasa por extender la instalación de sistemas modernos de riego. Aquí hay un amplio espacio para establecer vínculos entre los centros de inno- vación y transferencia productiva de las universidades locales, el sector productivo y los organismos públicos INDAP, CORFO y las propias cooperativas. • Disponibilidad y costo de Energía: El costo de la energía se ha convertido en un obstáculo transver- sal que le quita viabilidad a la tecnificación del riego y encarece los costos al conjunto de procesos de la agroindustria. • El financiamiento: Todos los actores del sector productivo reclaman por una banca que contemple instrumentos de crédito adaptados a los riesgos y tiempos específicos de la actividad agrícola. Y en especial para el caso de los pequeños productores: créditos blandos y a largo plazo que sólo en algunos casos han podido lograr a través de INDAP. • Incrementar la productividad de lamano de obra: El déficit demano de obra para cosecha ha llevado en el sector frutícola, el más afectado, a mecanizar y “hacer amigables los huertos”. En parte por eso el sector frutícola promovió hace ya una década las primeras mesas de trabajo intersectoriales con organismos públicos y representantes de los trabajadores que terminaron siendo una experiencia relativamente exitosa, pero que se debe profundizar. Del mismo modo, generalizar y profundizar el desarrollo de las buenas prácticas agrícolas, especialmente a nivel de pequeños productores. • Ampliar los protocolos fitosanitarios: El riesgo de proliferación de nuevas plagas sigue vigente. En particular la Lobesia botrana y el PSA. Se trata de una amenaza que probablemente obligue a renovar huertos infectados y afecte las exportaciones. Una consecuencia positiva es que instaló una suerte de consenso en la necesidad de alianzas público-privadas como única alternativa para hacer sostenible la actividad. • Desarrollo de logística, especialmente cosecha-packing, y trazabilidad: Esto ante necesidad de disminución de pérdidas y requerimientos de mercados extranjeros (por ejemplo: inocuidad). En un segundo nivel, los desafíos tienen que ver en cómo aumentar la competitividad y ampliar las cadenas de valor frutícolas y vitivinícolas. Primero, la pregunta que se instala es si se puede establecer una estrategia de largo plazo que permita pensar en sectores productivos más intensivos en conocimiento que tengan como punto de inicio la agro- industria regional. El punto es cómo se agrega valor. Evitar la concentración en grandes propiedades, es un primer factor, porque se desincentivaría el negocio sólo en base a volumen, que compite sólo en base a menores costos. Este es un tema difícil de enfrentar porque la desfragmentación de la propiedad de la tierra es casi “estructural” en el desarrollo económico chileno. En el ámbito de la investigación y desarrollo (I+D) la presencia de las Universidades regionales es central, pero requiere de incentivos enfocados al estímulo de la investigación aplicada. También es impor- tante la investigación que podrían desarrollar los viveros pesando en el desarrollo de nuevas variedades de fruta y cultivos. En el fondo, es el incremento de patentamiento de nuevas variedades en el exterior con otorgamiento a clubes cerrados, y, en el país, apoyar la reconversión de variedades plantadas. De esta forma resulta a lomenos contradictorio que toda la producción de frutales y vides pague patentes a laboratorios extranjeros cuando un solo vivero -Vivero Sur-, tiene almacenadomás de 300 patrones genéticos de varie-
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