Desde los territorios: repensar un proyecto país
138 – desde los territorio s . repensar un proyecto de país c) Nudos internos o de “entorno”: Escasez de la mano de obra, mecanización, organiza- ción de los trabajadores y capacitación y transferencia tecnológica 1. Escasez de mano de obra y mecanización: Un desafío que enfrenta la fruticultura es la disminución de la mano de obra barata. Como hay menos gente en la región del Maule y en las regiones vecinas que esté dispuesta a trabajar en la agricultura, el costo sube y con eso se pierde un factor que ha sido clave para la competitividad del sector. A diferencia de otros cultivos -olivos, avellanos, vides-, la fruticultura de exportación no puede prescindir de mano de obra con un cierto grado de calificación en las labores de cosecha. Hasta el momento, la solución ha sido recurrir a una nueva modalidad de trabajo, subcontratando cuadrillas de obreros especializados que realizan las labores durante el año -poda, amarres, etc.- y buena parte de la cosecha. Dada la escasez de mano de obra, esta nueva categoría de trabajadores del agro está teniendo un cierto margen de negociación: se mueven atendiendo faenas que son vitales y cuyo costo de otro modo aumenta significativamente. El desafío para los productores es elevar la productividad de las explotaciones y eso pasa por dos innovaciones interdependientes: introducir procesos de mecanización y renovar los huertos. Los árboles más nuevos tienen entre 15 a 20 años y han quedado obsoletos en el nuevo escenario. Y, para no depender de una mano de obra escasa, necesitan estandarizar las labores de manera de reducir el trabajo en “huertos amigables” y eso implica renovar plantaciones, a menor distancia y poda que se ajuste a la ergonomía que traen los nuevos equipos y procedimientos en la industria frutícola. Renovar los huertos requiere capital, lo mismo mecanizar. Quienes están haciendo estas inversiones son grandes y medianos productores, que manejan información, participan de asociaciones gremiales y poseenmayor capital como para arriesgar una renovación de los huertos e incluso de las relaciones laborales. La insuficiente articulación vertical lleva a que los productores menores sigan la tendencia desde atrás, que les integra a los mercados de mayor valor cuando el ciclo de precios al alza se ha ralentizado. 2. Sobre los trabajadores y sus capacidades de organización: Respecto de los trabajadores y sus organizaciones en la región, éstas son escasas y en general muy débiles. Según se reconoce en entrevista con profesional de la Dirección del Trabajo Regional del Maule, y por un dirigente -presidente del único sindicato existente entre los grandes exportadores (nacional)- la capaci- dad de organización sindical es prácticamente inexistente en el mundo frutícola regional. Las entrevistas señalan la existencia de una cultura antisindical muy extendida en el ambiente de los productores y de los huertos. El temor de los empresarios a trabajar con un productomuy perecible genera un rechazo abierto (con algunas excepciones) a las organizaciones sindicales, a lo que se agrega la temporalidad de la mayoría de las faenas y una “cultura del patrón” tan propia del mundo rural. Los sindicatos que subsisten y perduran en el tiempo son muy antiguos. Los dirigentes sindicales activos tienden a ser “caballeros mayores”, pero los trabajadores jóvenes no están proclives a la asociatividad y la legislación no les facilita la negociación. En el ámbito de las exportadoras y grandes empresas (packings), éstas cuentan con pocos trabajadores de planta, y es donde las condiciones de trabajo son mejores. Aquí se encuentran los Departamentos de Bienestar y Comités Paritarios y “los beneficios se dan, pero no quedan escritos…”. Sería raro porque se encuentran varias empresas internacionales que tendrían el hábito de la negociación con trabajadores organizados, pero en la región ello no se da. Por otra parte, se observa el caso de que existiendo algunos empresarios a quiénes le preocupa el que los trabajadores tengan contratos “en regla”, e incluso señalan que no les molestarían los sindicatos, éstos se enfrentan a una preferencia de los trabajadores por más dinero “para el bolsillo”, y aparecer como cesantes para no perder acceso, recursos y subsidios de los municipios y del gobierno, o porque les suben el tramo de las imposiciones y les cobranmás en el hospital. Así también no muestran interés en sindicalizarse (“para qué, si nos tratan bien”). No se observa que la organización sea un derecho.
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