Desde los territorios: repensar un proyecto país
Los nudos del desarrollo que enfrentan los sectores frutícola y vitivinícola – 133 Gráfico 2: Exportaciones RegiónMetropolitana 1991-2012, por mercados (bloques) de destino. Fuente: INE (1991-2012). 3.1 La Inserción Internacional de las regiones chilenas Profundizando en la perspectiva territorial, la estrategia nacional le ha significado a la mayor parte de las regiones una notable contradicción en sus posibilidades: por un lado, la internacionalización aparece como una dimensión explícita de su desarrollo, con nuevas oportunidades provenientes de su condición de depositarias de los sectores productivos emergentes (frutícola, vitivinícola forestal-celulosa, pesquero), pero, a la vez, enajenadas de los flujos decisionales estratégicos de éstos, debido a la concentración de las fases más complejas de las cadenas productivas en la RegiónMetropolitana, lo que ahoga las posibilidades regionales de hacer efectivas esas oportunidades. Es una estrategia, por tanto, que ha estimulado brechas crecientes en la productividad, y la polarización ya señalada -social y territorial- en el aprovechamiento de los beneficios de la inserción internacional. Investigaciones sobre la inserción internacional de las regiones chilenas, por ejemplo, para las indus- trias pesquera y forestal del Biobío (Gutiérrez, H. y C. Rojas, 1999) muestran que esta región posee una economíamuy internacionalizada, pero que no es una inserción generada desde la región. Las exportaciones locales a los distintos bloques en sumayoría constituyen commodities y estánmediatizadas por empresas comercializadoras transnacionales con gran capacidad financiera que ejercen un poder prácticamente monopsónico. Asimismo, investigaciones previas sobre las cadenas vitivinícolas y forestal maderera de la Región del Maule muestran asimetrías en la capacidad de internalizar los requerimientos de los mercados internacionales y de articular intrarregionalmente a los componentes de las industrias. En ambas regiones los entornos locales se caracterizan por una importante transnacionalización de los activos, por flujos estratégicos limitados y un bajo nivel de articulación entre los actores regionales. El cobre, por su parte, tiene una trayectoria ya larga, pero salvo por la minería de Antofagasta, que ha logrado generar cientos encadenamientos “hacia atrás” (proveedores, provenientes mayormente de Santiago), en general es un sector que tiende –por la automatización de sus procesos con tecnología de frontera – a una baja conexión con el territorio circundante (Meller, 2013). No obstante, a partir de estas mismas investigaciones se establece que tanto las industrias forestal y
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