Desde los territorios: repensar un proyecto país
130 – desde los territorio s . repensar un proyecto de país En esta medida, una fase inicial del desarrollo tecnológico debe estar constituida para estimular el comportamiento innovador de las empresas, el desarrollo de sus capacidades internas y el establecimiento de redes con su entorno. En una segunda fase se debe desarrollar criterios de selectividad que no provengan sólo del desborde de los fondos públicos disponibles para innovación, sino que por criterios de política pública que busquen simultáneamente incrementar la productividad del sistema exportador y superar la polarización y distribución de los beneficios. Ambos objetivos son convergentes y requieren de una trayectoria de aprendizaje social y tecnológica que les de sustento. No son criterios que signifiquen actuar contra el mercado y sus señales, aunque sí implican actuar focalizadamente sobre aquellos sectores ya “ganadores” y que constan de un caudal de conocimiento tecnológico y productivo importante, estimulando una trayectoria de aprendizaje en su interior que garantice un incremento sostenido de la productividad y una evolución a conglomerados más complejos de producción con mayor calificación e integración territorial. Lo anterior significa reconocer que existen niveles/dimensiones que marcan una trayectoria de aprendizaje, de menores a mayores niveles de complejidad. Niveles donde, primero, se busca optimizar las condiciones de infraestructura y procedimientos, pasando luego a estimular las redes de servicios e información, y, por último, se busca la endogeneidad del sistema productivo. Es en estos últimos niveles donde se reconocen los marcos institucionales más complejos, de fomento de la capacidad de actuación de la sociedad civil y que persiguen permear políticamente el comportamiento empresarial presente en las cadenas exportadoras. De otro modo, creemos que, en el marco de este enfoque, para una economía exportadora como la chilena, es preciso reconocer el nivel meso-económico como un ámbito central de las definiciones de políticas de competitividad sectorial y territorial. En dicho nivel se puede avanzar en el diseño e imple- mentación de “plataformas de servicios” (ingeniería, financieros, comerciales) alrededor de las cadenas productivas que alarguen y ensanchen su campo de acción en el territorio. Se trata de lograr un marco de contextos institucionales que estimulen eslabonamientos a través de “espacios de experiencias y aprendizajes compartidos” entre los diversos actores presentes en las cadenas, disminuyendo los costos de transacción e incentivando el desarrollo de redes (empresas, universidades, centros de transferencia tecnológica). Es un punto sobre el que volveremos más adelante, cuando se plantee una propuesta para el desarrollo de los sectores frutícola y vitivinícola de la región del Maule. 3. La Estrategia de Desarrollo Chilena La estrategia de desarrollo chilena de los últimos lustros en buena medida está señalada por las políticas que se adoptaron para enfrentar la crisis de la deuda externa de comienzos de los años ochenta. A raíz de ellas se favoreció una política económica menos ortodoxa que la de los años precedentes, controlándose variables claves como la tasa de interés, y sobre todo, la relación [tipo de cambio/salarios], manteniéndola en un nivel alto, de manera de estimular una reorientación exportadora intensiva en “recursos domésticos de bajo costo”, vale decir, en recursos naturales y mano de obra poco calificada. Esta política económica generó un proceso de reestructuración productiva caracterizado como neo- taylorista, estimulando una internacionalización intensiva en recursos naturales y capital, con una fuerte tendencia a la automatización de los procesos, muy cercanos a la frontera tecnológica, prescindente de mano de obra semicalificada. Una transformación productiva, por tanto, con una fuerte tendencia a la polarización social -entre un pequeño grupo altamente calificado y una proporción creciente de mano de obra no calificada- y territorial, concentrando las fases más “nobles” de las cadenas productivas en la RegiónMetropolitana, y las tareas de ejecución en las regiones. De esta forma, en términos de las bases del sistema innovativo, pierde importancia el entorno -sobre
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