Desde los territorios: repensar un proyecto país
Los nudos del desarrollo que enfrentan los sectores frutícola y vitivinícola – 129 efectuado recientemente un análisis territorial de clústers, en el cual se así desprende una complejización de su análisis original, al establecer la coexistencia de competencia y colaboración en diferentes dimensiones y entre diversos actores, destacando la importancia de la demanda externa y de la articulación público- privada de las políticas de promoción. Es decir, referencia al papel de los actores locales en un nivel de actividad mesoeconómica. De esta forma, es pertinente el análisis de los marcos institucionales que estimulan y generan las estruc- turas sociales básicas dentro de las cuales se desempeñan los mercados, y que caracterizan los entornos en los cuales las empresas y los actores desarrollan su competitividad. North (1993) ha señalado la influencia sobre los actores de las reglas que se derivan de acuerdos legislativos, normas jurídicas y usos y costumbres. Por su parte, Williamson (1983, 1987) ha indicado cómo inciden sobre los actores y sus interacciones, los costos de transacción derivados de la incertidumbre y el comportamiento oportunista. Y, posteriormente, Bagnasco (1991) y Bianchi (1992), entre otros, muestran cómo influyen en la disminución de los costos de transacción las relaciones de confianza y capacidad de control “difuso” que sancionan el comportamiento oportunista y estimulan, en cambio, la innovación y su difusión a través de redes de competencia y cola- boración. Recientemente se ha popularizado el análisis de Acemoglu y Robinson (2012), que relevan la importancia de la competencia y los derechos de propiedad, así como el de un sistema político plural y abierto, para explicar la prosperidad de las naciones, y ya antes el de Fukuyama (2004), en su análisis de los estados fallidos cuando rescata la “calidad del Estado” y sus instituciones para evitar la propagación de la corrupción, la pobreza, las drogas y el terrorismo. Más específicamente, el punto que nos interesa establecer es que, en el desarrollo tecnológico y com- petitivo, además de los mercados (como ámbitos de transacciones y transferencia de información), inciden también factores sociales e institucionales. Por tanto, las políticas de intervención no están dadas sólo para corregir “fallas de mercado”, sino que también para configurar entornos que conforman racionalidades, espacios de confianzas e incentivos que lleven a la competencia y colaboración mutuas. En el fondo, son procesos sistémicos donde el papel de la política reside en estimular los entornos de aprendizaje y de cambio -que contemplan a los mercados- donde se desenvuelven las empresas. De hecho, en lamedida que se progresa hacia unamayor diversidad (complejidad) tecnológica, social e institucional, se traza una trayectoria de aprendizaje que es específica (histórica) para cada sector, territorio y empresas. Se trata de conocer no sólo el “know-how”, sino también el “know-why”. De ello aparecen las necesidades de las capacidades y articulaciones internas de las empresas (capacidad de gestión, las relaciones con sus trabajadores y organizaciones sindicales, y las capacidades de negociación sobre la distribución de los excedentes) y de las redes externas con servicios conexos (infraestructura tecnológica de apoyo), con proveedores, distribuidores, demandantes, etc., que deben ser fluidas para estimular la innovación y su difu- sión. Ello indica la necesidad deminimizar el impacto de los costos de transacción y, en cambio, estimular las relaciones de confianza, internas y externas a las empresas, la densidad de las redes y los entornos exigentes. Estos son los factores que indican, en definitiva, que las diferencias tecnológicas y productivas entre países y regiones están en directa relación con las diferencias institucionales y sociales que muestran entre ellas. 2.1 Institucionalidad para la innovación tecnológica en Chile bajo un enfoque sistémico Una economía como la chilena, con su particular modelo de desarrollo e inserción internacional, tiene desafíos que le otorgan dimensiones especiales a sus políticas de desarrollo tecnológico e innovador. Las posibilidades de superar la polarización social y territorial pasan por una complejización de la organización del trabajo y mayor integración de las principales cadenas exportadoras que lideran la inserción internacional chilena, aún suscritas por un fuerte componente de producción de commodities con una alta intensidad de uso de capital.
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