Desde los territorios: repensar un proyecto país

100 – desde los territorio s . repensar un proyecto de país ciudad-puerto y la ciudad turística-patrimonial. De cualquier manera, en las entrevistas se aprecia que no necesariamente esta tensión tiene que ser considerada como un conflicto irreductible entre estas visiones sobre la ciudad que, por lo demás, no son las únicas. Las dificultades para hacer converger el desarrollo de los distintos sectores estarían, más bien, en la ausencia de un proyecto político que le dé un lugar a ambas visiones, y en la escasez de instancias democráticas en las que eventualmente pudiesen confluir las personas y organizaciones con sus respectivas valoraciones de estas posibilidades de desarrollo. Hay que insistir en que estas actividades, por más que sea su visibilidad y su espacio en el debate, no son las únicas relevantes para la ciudad. Si se habla de actividades cuyo impacto económico y social ha sido progresivamente más significativo, hay que mencionar la educación superior y a las organizaciones y emprendimientos artístico-culturales. La presencia de instituciones de educación superior en Valparaíso, por un lado, no solo ha contribuido al carácter de la ciudad, en este caso como ciudad universitaria, sino que ha tenido apreciables implicancias económicas y socioculturales para la comuna. Valparaíso es la segunda ciudad del país con mayor concentración de instituciones universitarias y de matrícula de nivel terciario. Muchos de los estudiantes provienen de otras regiones, generando demandas habitacionales y de servicios a la ciudad. Además, la presencia de estudiantes extranjeros ha ido en aumento, generando actividad económica directa e indirectamente, pero también socialización intercultural. En este sentido, y respecto a la relación entre la ciudad y la Educación Superior, se reconoce que el aporte que hace este sector en la generación de conocimiento. Es, de por sí, clave para el desarrollo, como se ha visto en otros capítu- los, y su aporte a la economía local es significativo. Como contrapunto, sin embargo, se recoge también que, aun cuando existe excelencia por parte de las instituciones y sus docentes, el problema fundamental que persiste en este ámbito es el débil vínculo que las universidades tienen con la ciudad en materia de innovación, investigación y formación, en especial referidas a las problemáticas locales, por lo que habría espacio para progresos en esa dirección. Por otro lado, las actividades artístico-culturales también se han constituido como un elemento dinamizador de la comuna. El arte y las actividades culturales forman parte de la identidad de la ciudad, lo que se ha institucionalizado, entre otras cosas, en el nombramiento de la comuna como capital cultural de Chile. La ciudad es sede de masivas iniciativas culturales, como el Carnaval de los Mil Tambores y el Festival de las Artes, además de una multiplicidad de creaciones artísticas y culturales a pequeña escala, las que cuentan con una creciente participación de habitantes locales, principalmente jóvenes, provenientes de otras comunas del GranValparaíso, así como de visitantes. En sus consecuencias económicas, el desarrollo artístico ha dado espacio para una industria creativa que ha emergido gracias al trabajo de artistas locales y que ha podido fortalecerse con el eventual apoyo por parte de la CORFO. Con relación a la sociedad civil, se percibe que Valparaíso cuenta con una red de organizaciones sociales de carácter vecinal, sindical y cultural cuya densidad es variable. Entre los factores que le dan una identidad particular a Valparaíso está su configuración dicotómica, con clara tendencia a la escisión: en la Colonia, el Puerto y El Almendral, reiterándose luego en la distinción “plan y cerros” y, finalmente, en la diferenciación entre Valparaíso y Viña del Mar. En este sentido, se hace necesario revivir el plan como espacio habitable y conectar los cerros entre sí, con el fin de favorecer no solo la conectividadmisma, sino que el establecimiento de nuevos lazos sociales entre las comunidades de cada cerro. Por otro lado, pareciera existir una cultura clientelista en las organizaciones de carácter vecinal, fundamentada en décadas de relación de este tipo con el municipio y con otros agentes políticos locales. Aquello se pudo constatar al menos hasta 2016, cuando se realizó el trabajo de campo. Por su parte, los sindicatos, en particular los portuarios que tienen un alto poder de negociación, actúan principalmente con lógicas corporativistas, por lo que su potencial se ha visto restringido a la acción ante las negociaciones particulares. Es por esto que no han tenido un rol relevante ni una problematización articulada sobre los desafíos de la ciudad. Destaca la emergencia de organizaciones sociales de índole urbano-patrimonial, la cuales tienen una

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