Transformar la educación. Entrevistas que muestran caminos
33 TRANSFORMAR LA EDUCACIÓN. ENTREVISTAS QUE MUESTRAN CAMINOS Desde un punto de vista pedagógico, ¿qué puede hacerse para irse desprendiendo de estas perspectivas? Tomando la vida misma, en sus destellos de vida. En el sistema de educaci n b sico estamos con unas articulaciones de sentido de niñas/niños,hay juegos para niños y juegos para niñas. Esto es gravísimo, porque ahí est la cadena de transmisi n, lo que supone un presupuesto muy violento, sobre todo porque lo que concierne a los ni os varones va a tener siempre una entidad particularmente jerarquizada. Hay que hacer comprender a la masa docente que esto es muy violento. Para enfrentar esto, yo estoy imaginando algo cat rtico, que ocurre cuando las personas pensamos profundamente en nuestras propias ataduras, en los atajos que hemos dado para construir preconceptos, en vez de ilustrarnos. Y sobre todo para ir admitiendo algo que est ocurriendo notablemente, que es la transformaci n que ya traen las ni eces y las adolescencias, hay un corrimiento de los estereotipos, hay un corrimiento de las viejas convali- daciones. Esto est ocurriendo mucho en nuestro país y es maravilloso. Voy a contar una anécdota de una docente que estaba ilustrando acerca de educaci n sexual integral en una localidad del sur de la Argentina. Y ella intentaba explicar que cada cuerpo tiene que ser respetado en sí mismo, que los cuerpos van diciendo cuestiones que este tienen tienen que ser respetadas por los otros, por las otras. Y un ni ito de 8 a os levant la mano para decir “ya sé lo que est s queriendo decir, vos lo que querés decir es que mi cuerpo es como una hoja en blanco y yo hago lo que quiero”. Yo creo que ahí hay un resumen pedag gico extraordinario, no necesitamos ir a iluminarnos a otro planeta. Tenemos que “descortinar” el sentido com n de lo cotidiano y parte de elloproviene de las maravillosas preguntas indiscretas que son produci- das por las nuevas generaciones. Cuando los ni os dicen ¿por qué tal cosa? nos someten a una circunstancia de enorme trastabilleo. No digo que haya perfecci n en todos los sentidos del interrogante, pero digo que hay caminos en esas interrogantes, hay cauces. La mente no est solo ac [en la cabeza]es un sistema mucho m s complejo, hay sensibili- dades, que es la que con las que debemos contar. La transformaci n de la masa docente no implica s lo leer m s y articular m s, tiene que haber un estado de sensibilidad. La sensibilidad es una gran rectoría en el camino del conocimiento y de la aceptaci n de las nuevas concep- ciones. ¿Qué relevancia tienen las políticas educativas en estos procesos? Lo que va a hacer el Estado es decisivo, no nos podemos enga ar. Sabemos perfectamente que los órdenes de cambio de mayor dimensión finalmente están en las sociedades, peroes el propio Estado uno de los motores fundamentales de la era moderna, porque tiene una ca- pacidad autorizante, de acci n y sobre todo de responsabilidad en la conducci n del aparato educativo. O sea, si hay política de Estado respaldatoria de todo lo que venimos diciendo, hay m s del 50% ganado en esta perspectiva de transformaci n. Cuando el Estado dice que no se puede dar educaci n sin perspectiva de género, ha sembrado esta cuesti n en lo interno de la currícula. El Estado tiene que tener ahí una potencia para llevar adelante su propuesta de transformaci n contra viento y marea, a n a sabiendas de todos los estropicios que se le van a imponer. Hay ejemplos muy simples, que el Estado diga a través de una norma que los planes educa- tivos y los programas deben ser revisados cada 5 a os, que los programas educativos tienen que tener una completa adhesi n al principio de igualaci n humana y de dignidad humana, que la escuela tiene que ofrecer formación específica acerca de alguna norma o legislación.
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