Transformar la educación. Entrevistas que muestran caminos

27 TRANSFORMAR LA EDUCACIÓN. ENTREVISTAS QUE MUESTRAN CAMINOS importante, que esté dispuesto a dedicarle tiempo y esfuerzo. Una vez m s, es mucho m s f cil si esto est apoyado desde los gobiernos. En Espa a hubo un momento en que en Andalucía la Consejera de educaci n era una mujer feminista y realmente organiz muy bien toda la formaci n del profesorado. Y puso toda una serie de alicientes, por ejemplo, en cada escuela tiene que haber una persona referente de coeducaci n. Esta persona tenía que hacer dentro del proyecto anual de la escuela, tenía que ver qué aspectos de la educaci n se iban a tratar y se iban a implementar. Luego, debía hacer un informe sobre lo que se había hecho, qué había pasado, qué se había aceptado, qué había cambiado y qué no. Esto entr en la m quina burocr tica de la educaci n por un periodo de unos a os en Andalucía, que fue el lugar quiz donde m s intensamente se practic . Y qué pas , que luego cuando esta profesora ya dej el cargo, pues las cosas volvieron atr s. Profesora, dentro de todo este camino que usted me ha hablado, de idas y vueltas, igual se puede vislumbrar un avance en un proceso. Si se observan sus trabajos respecto de lo que ocurría en los años 70, a lo que ocurre en los en la segunda década del 2000, se ve un avance en el camino hacia la igualdad de género. A se juicio, para seguir avanzando en esta materia, ¿se requieren transformaciones drásticas o debiera utilizarse una visión incrementalista? La escuela no es una isla dentro de la sociedad, entonces evidentemente no se puede plantear un gran cambio en la educaci n si el resto de la sociedad no est también evolucionando. Pien- se, por ejemplo, en una cosa que nos ha sucedido en muchas escuelas donde yo he trabajado, donde est bamos desarrollando un método para la coeducaci n y que empezaban por lo tanto a cambiar, ¿qué es lo que sucedía? Que en algunos casos las familias no la aceptaban, porque era un concepto que chocaba con la visi n que tenían las familias de lo que debe ser un ni o, lo que debe ser una ni a, lo que deben ser los libros de texto, etcétera. Por lo tanto, claro, no se puede lanzar al profesorado a una lucha frontal en relaci n a las familias desde el alumnado porque se desgasta mucho a la gente y muchas veces no se consigue lo que se pretendía, sino todo lo contrario, por ejemplo, reforzar las posiciones m s conservadoras. Entonces, y yo creo que hay que ser gradualista, porque no toda la sociedad evoluciona a la misma velocidad. En este momento que estamos viendo que el feminismo en términos globales ha dado un sal- to enorme en el mundo desde algunos a os, pero que al mismo tiempo se est n generando resistencias mucho m s duras de las que existían antes. Bueno, pues al nivel de las escuelas puede suceder lo mismo. Mi tesis es cada vez m s que los géneros que hoy son dominantes, son obsoletos respecto de las necesidades de la sociedad y, por lo tanto, necesitamos cambiar por el bien de las personas, hombres ymujeres e incluso m s por los hombres que han cambia- do menos. Naturalmente puedo decir esto después de cuarenta a os de darle vueltas al tema, pero hay muchas familias que no lo ven así y por lo tanto no se pueden forzar tanto las cosas. Y, por otra parte, en Espa a hay un movimiento de retroceso en muchos aspectos, por ejemplo, con la posici n de un partido como Vox, que est negando la violencia de género, que est negando toda una serie de cosas. Entonces, mi opini n es que esto hay que ir avanzando poco a poco, pero sin pausa, porque claro, si una cosa es avanzar poco a poco y la otra es no hacer nada, entonces nada va a cambiar tampoco.

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