La gran porotada. Recetas e historias del poroto en Chile

fúnebres (Ramaditas, Camarones 15, Azapa 70, Topater, sitios del Complejo Pica Tarapacá) (García et al., 2014; Muñoz et al., 1991; Rivera et al., 1995-96). Incluso se encontraron restos microscópicos de porotos en keros 1 del periodo Intermedio tardío y Horizonte Inca (Arriaza et al., 2015). En el norte semiárido, destaca la abun- dancia de semillas y fragmentos de vainas de porotos en el alero San Pedro Viejo de Pichas- ca (IV región) fechado en 660-780 años d.C. y 540-690 años d.C. (Kaplan y Lynch, 1999; Rivera 1995). En este sitio arqueológico se lograron distinguir tres variedades de porotos. En esta zona, otros sitios arqueológicos de grupos de los primeros ceramistas en la zona también tienen semillas de poroto, como por ejemplo la cueva El Salto, PTF 13 y grupos Diaguitas en el sitio Mau 94 (valle de Mauro). Hacia Chile Central, en río El Pangal, cuenca cordillerana del río Cachapoal, específicamente en el sitio Cerrillos 1, se encontraron 16 semillas de porotos de una antigüedad de 1142 años d.C. a 1266 años d.C (Falabella, 2006). Éstas se en- contraron en el interior de una vasija, guardada en un escondrijo cordillerano. Se identificaron diferentes variedades: negro de forma redon- deada, negro alargado, oscuro moteado y café claro con manchas (Falabella, 2006; Planella et. al ., 2010), que presentaron similitudes con la raza “Chile”, la cual se caracteriza por “granos de tamaño medio de forma oval y redondeada, colores variados: blanco, beige, morado, negro, café y algunos de ellos jaspeados” (Falabella, 2006). Cerca de Rancagua, en el sitio La Granja, se encontraron semillas de porotos asociados a 1 Vasos de forma troncocónicos o hiperboloides usados para beber, preferentemente, bebidas fermentadas de maíz en el área andina prehispana y colonial (Arriaza et al., 2015). 16 los grupos Llolleo y también micro vestigios de porotos en pipas fumatorias (Belmar et al. 2016). Otros sitios arqueológicos de la zona central donde se recuperaron restos de porotos son sitios del periodo Intermedio tardío como Nueva Ilusión y Las Pataguas, y otros incaicos como Tambo Ojos de Agua y Quilicura (Planella et al., 2014; Núñez, 2020). Para la zona centro sur la presencia de poroto más antigua se encuentra en el sitio cueva Los Catalanes, fechado en 662 años d.C. (Campbell et al., 2018). Este sitio corresponde a grupos ceramistas tempranos con prácticas hortícolas. Además, se encontraron registros más tardíos de porotos en el mismo sitio cueva Los Catalanes y otros sitios en la isla Mocha (Roa et al., 2018) asociados a grupos del Com- plejo Vergel. Hasta el momento, los registros arqueoló- gicos más sureños de porotos vienen del archi- piélago de los Chonos, donde se encontraron restos microscópicos de porotos en el tártaro dental de individuos canoeros, que llevaban una vida de cazadores recolectores y pescado- res marinos (Belmar et al., 2021). Posiblemente no se cultivó en esos paisajes escarpados y bos- cosos de los canales del sur, pero el desplazarse en canoas permite abarcar grandes distancias y conocer otros lugares, personas y comer nue- vas preparaciones e ingredientes que quizás hace 2000 años no se cultivaban en la zona de los canales. De esta breve revisión sobre los hallazgos de restos de porotos en ocupaciones humanas del pasado, podemos destacar algunos elementos interesantes. Primero, el hecho es que el po- roto crece y se cultiva en diversos ambientes, lo que demuestra cómo los distintos grupos culturales incorporaron el poroto a su alimen- tación y cómo la progenie de las plantas impli- ca la selección de características que permiten su adaptación a las condiciones particulares de la gran porotada recetas e historias del poroto en chile

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