Interseccionalidad: aspectos conceptuales y recomendaciones para las políticas públicas

Interseccionalidad: Aspectos conceptuales y recomendaciones para las políticas públicas. 13 Crenshaw (1991) analizando las dimensiones racistas y sexistas de la violencia masculina contra las mujeres, emplea la interseccionalidad como una alternativa a las políticas identitarias, criticadas por debilitar la justicia social, por otro lado, por minimizar las diferencias al interior de un grupo. Con ello la interseccionalidad no busca ser una globalidad de identidades, sino una estrategia para observar la complejidad de las opresiones, y sus resistencias (Platero, 2012). Crenshaw distingue tipos de interseccionalidad, derivados del análisis del racismo y patriarcado en que se desarrolla la violencia contra las mujeres. Interseccionalidad estructural: refiriéndose a cómo la raza y el género constituyen las desigualdades de la clase social. Considerando que ambas categorías son “organizadores básicos de la distribución de los recursos sociales, que generan diferencias de clase observables.” (Williams Crenshaw, 1991, p. 92). También se relaciona a ámbitos de la violencia, como la dependencia económica, las dificultades para la participación laboral o acceso a vivienda, o la discriminación o malos tratos recibidos desde instituciones como las policías, que limitan las posibilidades de romper el círculo de la violencia y disponer de apoyos específicos. Interseccionalidad política: se refiere a las agendas políticas diferentes de los movimientos feministas y antirracistas, que no consideran la situación compleja de opresiones que vivencian las mujeres negras, generando un desempoderamiento interseccional. Respecto a la violencia, estas agendas no sólo se ignoran, sino también se excluyen intencionalmente. Por una parte, el movimiento feminista teme que al reconocer la situación de ciertos grupos específicos, la violencia se considere como una situación de minorías (Mujeres Negras y latinas) y con ello pierda fuerza. Por otro lado, el movimientoantirracista, teme, que, al reconocer la situación de violencia contra las mujeres, se profundicen los estereotipos de hombres negros violentos. Y si bien los argumentos pueden ser justificados, ambas situaciones invisibilizan y desmovilizan las acciones que se puedan tomar contra la violencia doméstica en las comunidades racializadas.