Procesos de planificación curricular en educación en ciencias de la salud: desde un currículum eficaz a un currículum transformador: teoría y práctica

Presentaciones. ¿Formamos técnicos o profesionales comprometidos? 20 En 1999, Bolonia orienta la educación médica a la formación en competencias, centrándose en los re- sultados de aprendizaje. Establece un continuum en- tre el grado y el postgrado. Un cambio de paradig- ma que transita de la enseñanza al aprendizaje. Toda la estructuración y la regulación va orientada al cambio de currículum y, conjuntamente, a atender la movilidad internacional de los estudiantes. Ello permitiría la homologación de los criterios tempo- rales de las distintas materias, y para establecer una formación por créditos transferibles. En el año 2004, con el proyecto Tuning de América Latina, hay un movimiento importante que poten- cia el cambio de las estructuras curriculares; y en el año 2014 , la Asociación Americana de Colegios de Medicina elabora listados de competencias con actividades llamadas APROCS. Estas son activida- des profesionales confiables para que los estudiantes egresados tengan que acreditarse tras haber desa- rrollado tales competencias. No podemos formar profesionales a espaldas de la Sociedad Como vemos, ha habido todo un gran despliegue de movimientos curriculares, y hemos ido aprendien- do de las experiencias que se han ido desarrollando. Esto nos ha enseñado que los currículums han de ser dinámicos y han de atender a las necesidades socia- les de cada circunstancia histórica. Nosotros, en este momento, tenemos que trabajar con competencias que se han ido planteando desde los nuevos retos so- ciales, y que se derivan de las situaciones que estamos viviendo, por ejemplo: la pobreza derivada de la bre- cha de la desigualdad acentuada por la crisis sanita- ria de la COVID19, poniendo el acento en cuestiones de equidad y justicia social. Todo ello condiciona el currículum, por lo que hay que hacer una lectura con esta perspectiva con el fin de resituarlo en los planes de estudio, sin olvidar la necesidad de un proyecto educativo que de fuerza a dicho currículum. He hablado aquí, por ejemplo, de un proceso de adaptación curricular que en el año2015 empezamos a desarrollar en Paraguay y que lo llevamos desde entonces trabajando por competencias. La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Paraguay hizo un gran esfuerzo por innovar y por poner la atención en un modelo competencial que diera respuesta a los retos y a las necesidades de su País. Hay dos ejes que vertebran el nuevo currícu- lum que implantaron, uno es el humanismo y otro es la responsabilidad social. Y, a través de estos dos ejes, que son transversales en todo el plan de estu- dios, se han ido construyendo espacios de integra- ción curricular, en los que se trabaja a través de me- todologías activas como la del aprendizaje basado en problemas, la elaboración de proyectos comuni- tarios y el aprendizaje basado en el caso. Readaptar los perfiles de egreso La primera cuestión que deberíamos plantearnos a la hora de pensar en la formación de estos profe- sionales es: ¿qué tipo de competencias tenemos en nuestro currículum? y ¿qué nuevas competencias habría que integrar? Nosotros hemos propuesto (Morán 2020 et al.), a partir de la pandemia, cuá- les son algunas de las competencias, las que además de ser las propias de las científico-técnicas, que son relevantes para afrontar esta situación, y que los encuestados han destacado como más significati- vas algunas otras, tales como: los conflictos éticos (equidad, no maleficencia, autonomía y justicia); el uso racional de recursos sanitarios finitos; la co- municación y el manejo emocional con pacientes y familias; el trabajo interprofesional y en equipo; la gestión de la incertidumbre; la valoración crítica de las evidencias científicas y la seguridad clínica y del paciente. Entendiendo, por lo tanto, que los currí- culum han de incorporar estas nuevas necesidades. Estos currículum deben tener como fundamento un modelo para formar profesionales para la excelen- cia profesional, y esto señala, tal como señala Vic- toria Camps (2015), con preparar profesionales no sólo con conocimiento científico y técnico (primer deber moral), sino también con un conocimiento ético (valores profesionales, humanos y sociales). En definitiva, un modelo que sea coherente con el profesionalismo, el altruismo y la seguridad del

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