Acompañar en la vida y en la muerte: recomendaciones para cuidadoras y familiares sobre el cuidado de personas mayores en fin de vida
19 cuidadoras y familiares nos cuentan que luego de la muerte de la persona mayor esto se hizo más evidente. Algunos decían que es porque tenían más tiempo, otros porque tenían demasiada tristeza o porque sintieron un gran vacío que se expresaba en no saber qué hacer con el tiempo libre. Para muchos participantes el duelo se entiende como el momento de retomar la vida, de realizar actividades postergadas, desde cosas cotidianas como salir más de la casa, hasta enfrentar los sentimientos de pérdida y desgaste. Vivir el duelo consiste también en permitirse hacer cosas que antes no se permitían, conviviendo con los sentimientos de pérdida, pero también con la tranquilidad de que la persona mayor estuvo bien cuidada. A partir de las experiencias recogidas en esta investigación, algunas recomendaciones que pueden servir para cuidarse después de la muerte de la persona mayor son: • Mantener o incluso fortalecer la comunicación familiar. La comunicación y unión familiar ayuda también a procesar la muerte. Durante el duelo, hay veces que se necesita estar solo, pero en otros momentos se requiere contar con compañía de los seres queridos. • Retomar las actividades que se dejaron de realizar o iniciar nuevas actividades que sean de tu interés. • No guardarse las emociones del duelo o los recuerdos. Para algunos participantes fue de mucha ayuda recordar a la persona fallecida y conmemorar fechas importantes junto a los más cercanos. • Unirse a grupos de apoyo o actividades sociales que sirvan de contención durante el proceso de duelo.
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