Acompañar en la vida y en la muerte: recomendaciones para los equipos de APS sobre la preparación para la muerte de personas mayores en fin de vida

16 Adicionalmente, el equipo sanitario destaca que es relevante el adecuado manejo del dolor, sin embargo, no siempre cuentan con los recursos o formación para proveer un adecuado manejo del dolor, por tanto, esta es una necesidad no siempre cubierta. “El dolor o la forma de sufrimiento que tienen es tan dominante, que ellos prefieren que se acabe el dolor falleciendo (…) todavía no se me sale de la cabeza de una abuelita que decía ‘llévame contigo señor’, y lo repetía todo el rato que estaba ahí, y ella sufría y… la verdad es que nosotros no podíamos hacer mucho y en realidad nadie podía hacer mucho por ella”. (Equipo de salud La Pintana) En esta cita se evidencia que el sufrimiento de las personas mayores en fin de vida se puede expresar de diversas formas, una de ellas es expresar el deseo de morir. Por otro lado, llama la atención la idea de que no hay mucho qué hacer. Esta comprensión puede llevar a naturalizar el dolor y no movilizar los recursos necesarios para su abordaje. Recomendaciones • El manejo del dolor es primordial para los cuidados de fin de vida. Los equipos de atención primaria requieren mayor formación en relación a reconocer las necesidades y situaciones en que se requiere un manejo especializado y los programas requieren contar con recursos y estrategias de derivación para su manejo. • El equipo de salud debe conocer los recursos disponibles en la red de salud para una derivación oportuna. • En este sentido, la implementación de la nueva ley sobre Cuidados Paliativos Universales dispone de recursos y orientaciones técnicas para el manejo del dolor ( Orientación Técnica Cuidados Paliativos Universales, pág. 40) Finalmente, en las experiencias de las personas participantes se identificaron las siguientes prácticas o condiciones que contribuirían con la preparación de las personas mayores: • A las familias les es útil disponer de información sobre el estado de evolución y pronóstico de la enfermedad en la persona mayor en fin de vida. • Cuando las personas mayores hablan de su propia muerte, contribuye a preparar a las familias. • Los/as profesionales y las familias facilitan la resolución de asuntos pendientes.