Acompañar en la vida y en la muerte: recomendaciones para los equipos de APS sobre la preparación para la muerte de personas mayores en fin de vida

13 “Entonces, de alguna manera el mensaje es ‘tenga el carné en la mano, sepa dónde está’, todo lo que hemos hablado, cómo se hace el certificado de defunciones, el explicar que las funerarias se encargan prácticamente de todo, el conversar, si los pacientes quieren cremarse o quieren ser enterrados, dónde van a ser cremados o enterrados”. (Equipos de salud Providencia y Macul) “Él estuvo plenamente de acuerdo en que yo comprara el Parque, comprara los funerales, siempre estuvimos de acuerdo en eso… Y sin máquinas, también, los dos. Yo le dije, mi hijo sabía, mi hijo es médico, él sabía todo lo que nosotros pensábamos con respecto a eso”. (Cuidadora, Providencia) “A mi papá le gustaban los ternos, nosotros lo teníamos preparado hace mucho rato. Con el dolor que significa planchar esa camisa que en algún momento se va a usar, pero al momento que llega uno estaba tranquila”. (Cuidadora, Cerro Navia) Por otro lado, las labores de cuidados también contribuyen a prepararse para la muerte. Para los/as profesionales, aquellas personas que han cuidado con dedicación y afecto a la persona mayor, se sienten más preparadas para su muerte dado que “hicieron todo lo posible” por lograr su bienestar. Para las/os cuidadoras, la comprensión del cuidado como entrega total para dar un fin de vida digno y con el menor sufrimiento posible, implica tranquilidad de haber hecho todo lo necesario para que esa persona partiera bien y, junto con ello, sufrir menos, pues se está satisfecho/a de lo entregado. Lo anterior tiene también relación con “disfrutarlos en vida”, una práctica para cuidadoras/es y familiares que implica pasar tiempo con la persona mayor, hacerle cariño, despedirse, sanar problemas, entre otras expresiones afectivas de cercanía. “Me siento feliz de haber hecho lo que hice por mi mamá, me siento tranquila con eso y sé que ahora descansa”. (Cuidadora, El Bosque) “Uno sufre menos, porque queda con el corazón llenito de haber contribuido al proceso y al cuidado. Y que independiente del deterioro, de las sombras, de lo mal que lo pasa, de que pides SOS y no llega”. (Cuidadora, Macul) Como ilustran estas citas, la satisfacción con los afectos y cuidados entregados permite enfrentar la muerte con mayor tranquilidad, lo que no implica que la labor no haya sido desgastante y muchas veces solitaria. Los y las familiares destacan que la preparación para la muerte también depende de la vida que las personas mayores llevaron. Esta comprensión, implicaría que estar preparado no depende sólo de las acciones durante el periodo de fin de vida, sino también de llegar contento, en paz, tranquilo, si se ha tenido una buena vida.