Acompañar en la vida y en la muerte: recomendaciones para los equipos de APS sobre la preparación para la muerte de personas mayores en fin de vida
11 “Aunque sabemos lo que va a pasar, pero a lo mejor, no lo queremos aceptar. O sea, por mi parte, nosotros no queríamos aceptar que se muriera. Uno lo quiere tener siempre con nosotros (…) Yo no me puedo preparar, porque… No queremos. No sé, no sé, en realidad”. (Familiar, Renca) Adicionalmente, la imposibilidad de prepararse responde a que, implícitamente, se conceptualiza la “preparación para la muerte” como el conjunto de acciones o conocimientos que permitirían vivir la muerte de la persona cuidada sin la aflicción propia del duelo. Y ante esta naturaleza inevitable de las reacciones emocionales y su valor cultural, se presenta cierta resistencia a aquello que pueda interferir en aquellas expresiones humanas. “...no esperaría ver a un familiar que esté sufriendo y estar triste cuando se murió, porque en realidad uno dice ‘ya está descansando’, pero sigue pasando, porque obvio, uno nunca está preparado para ese momento final”. (Equipo de salud La Pintana) “Yo creo que nadie está preparado para esto (…) Yo no estaba preparada. Pensar que mi madre fue una persona muy buena en todo sentido, una persona muy alegre, y de ver… que me tocó despedirme tres veces de mi mamá, y el último de ver que mi madre se me fue en una bolsa, y después cerrar el cajón, y estar ahí con ella… como que no…. Eso es fuerte para mí”. (Familiar, Macul) “Es que, en esos momentos, uno no está preparado. (…) Uno dice que se prepara, pero el momento que ya parten los viejitos uno siente el dolor, como hijo (…) a usted le pueden a… le pueden aconsejar, le pueden hablar mil cosas. Pero en ese momento, en esa reacción, uno actúa como ser humano y siente el dolor”. (Cuidador, El Bosque) En estas citas se puede observar cómo el dolor se considera humano, ineludible y a pesar de la conciencia sobre el descanso que podría implicar la muerte para la persona mayor, el adiós del momento final no permite preparación en el sentido de no sufrir. Recomendaciones • Es importante promover instancias para hablar sobre la muerte, ya sea en contexto de atención domiciliaria, consulta en el centro de salud o en talleres. Esta aproximación debe ser de forma cautelosa, por ejemplo, prestando atención a las oportunidades de la relación con las personas y sus familias para iniciar este tipo de conversaciones. • Las familias son importantes en los procesos de preparación para la muerte. Se recomienda, siempre que sea posible, incluir a la familia en las conversaciones o decisiones que
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