Tramar y reparar los cuidados comunitarios: narrativa de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en Chile neoliberal

72 Tramar y reparar los cuidados comunitarios cuando estás mucho tiempo con alguien hay discusiones. Los dos nos dimos cuenta de que peleábamos, entonces, de repente nos separábamos un tiempo. Pero no es que conversábamos y llegábamos a un acuerdo, resultaba porque igual la madre conoce al hijo y el hijo conoce a la mamá. Cuando estaba casado a mí me lavaban todo, después mi sobrina que vivía con mi mamá se fue a España y no había nadie acá en la casa, estaba mi mamá sola, ¡entonces yo dije ‘ah! me voy para la casa, les pago la luz, el agua, ciertas cosas’, y cuando estaba sucio yo limpiaba, o sea, si yo veía sucio lim- piaba, pero por lo general limpiaba mí mamá, por ejemplo, si tú pones del uno al diez, siete mi mamá y tres yo, una cosa así, así es como lo vi yo en el tiempo de pandemia, mejor dicho. Creo que al único que le he ido a servir a la cama ha sido mi hijo, ni siquiera a mi hija. Tengo una hija que tiene treintaiún años y un hijo que tiene veintidós. Una vez los llevé a la playa y les serví porque no los veía nunca. Y mucho tiempo le serví en la cama a mi mamá, por las cosas que iba aprendiendo en la asamblea. De repente, trato de cambiar mi machismo, pero no solo por moda, sino que trato de entender en verdad de que se trata. Una chiquilla de la asamblea me decía ‘tení que recetearte’ pero es difícil para uno que tiene mucha más edad. Yo me junto con chiquillos de treinta a cuarenta años, entonces conozco sus términos. Siempre me ha gustado juntarme con esa gente porque la gente que es más vieja como yo, dice ‘no, sabís que no vamos, o no marchemos o no hagamos esto’. Con mi hija yo me responsabilicé mucho, pero fue dis-

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