Tramar y reparar los cuidados comunitarios: narrativa de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en Chile neoliberal

68 Tramar y reparar los cuidados comunitarios estuve yendo. Ahí había varias señoras mayores que me de- cían “prepárate comida peruana” y después me compraban la comida, o también me decían “¿sabes? te voy a traer un queque para que vendas en el negocio”Y no me lo cobraban, entonces yo podía quedarme con toda la ganancia. La verdad es que recibí harto apoyo de ellas. Igual tengo algunas amigas que conocí en el Fondo Espe- ranza que me ayudaron en ese momento.Me acuerdo que una vez yo estuve mal económicamente porque mi marido se fue a operar la columna. Y cada una de ellas me dono un pollo para vender, éramos veinte en total, entonces me donaron veinte pollos. Lo que pasa es que Chile es solidario, al menos yo no me puedo quejar de este país, porque los chilenos me han recibido de brazos abiertos y también a mi mamá. Parece que tenemos “algo” nosotras, porque nos quieren harto a las dos. En el momento de plena pandemia, todos nos cuidamos. La sede n°22 repartía comida. Las vecinas hacían ollas comu- nes y, en una bicicleta, venía un lolo que repartía las comidas. También,mis vecinos de aquí, a mi hermano le dieron comida. A las vecinas y vecinos inmigrantes les repartían, estaban incluidos. En ese tiempo, también había cajas de mercadería que repartía el gobierno. Yo veía que repartían mercadería en general, fuera migrante o fuera chileno, siempre que la persona se apuntara diciendo cuánta gente había en la casa. Casualmente, el lolo me dejaba almuerzos para algunas personas de la tercera edad que yo conocía. Ellos no podían salir, entonces nosotros les llevábamos el almuerzo y la mer- cadería a la casa. También les pagábamos las cuentas como

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