Tramar y reparar los cuidados comunitarios: narrativa de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en Chile neoliberal

58 Tramar y reparar los cuidados comunitarios llevaba para la casa. En cambio aquí en la cocina comunitaria haría más falta si es que no estoy. Aunque me reste dinero, siento que hago más aquí.Más sirvo aquí. Eso me hace sentir bien. Pienso que estoy haciendo una buena labor. A lo mejor antes no me daba cuenta de las necesidades de la gente, me doy cuenta ahora. Yo trabajaba, entonces no tenía contacto con más gente, solamente recibía mi sueldo y no me fui más a fondo pensando en ‘¿seré yo la única que tiene este sueldo? Para mí lo importante no es que me agradezcan; no quiero que la gente me agradezca, ni las autoridades, ni nada. Porque yo pienso; si uno de ellos fuera mi hermano o mi hijo, aquí estoy. Y mañana me puedo morir, y me quedan recuerdos bonitos. Yo jamás he pensado en tener un pago. Ni siquiera si viene del Estado, si es que el Estado va a financiar esto en el futuro, prefiero que otra persona lo reciba, alguien que lo necesite. Con el solo hecho de que ellos te den una sonrisa, uno está más que pagada. Hay gente que viene de Recoleta o de Quilicura a buscar almuerzo aquí, porque se enteraron por otros vecinos de que aquí se estaba dando almuerzo de lunes a lunes. ¡Lo mínimo que un ser humano debería tener es alimento! Y una alimen- tación equilibrada. Porque aquí lo que intentamos hacer es alimentarlos lo mejor posible, o sea, tratamos de no hacerles frituras, de consumir poca sal, y darle unas tres veces a la semana legumbres, y ellos se van felices. ¡A nosotros nos da tristeza cuando no tenemos un pan para darle! Porque ustedes saben que el chileno es bueno pal’ pan, y comer sin pan... chuta. No, si es complicada la vida del pobre. Dicen que el pobre es

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