Tramar y reparar los cuidados comunitarios: narrativa de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en Chile neoliberal

48 Tramar y reparar los cuidados comunitarios salirse de la marina.De hecho nos casamos en esta misma casa. Bien bonito.Trabajaba yo, trabajaba él, así que había platita. Y ya después un año pasó y quedé embarazada, con pastillas anticonceptivas y todo. Dios me quería mandar hijos no más y tenía que recibirlos. A mis hijos nunca les faltó nada, yo les digo: “Tú naciste en un hospital, pero naciste en una cuna de oro”, y yo le digo siempre, para que sepa valorar la vida que tiene. Luego vino el otro, también tomando pastillas, fueron muy seguidos. Si tenía uno en brazos y el otro colgando. Entonces me tocó fuerte, porque además vivía como nómade. Así es mi día a día: En la mañana me levanto, me tomo mi glicemia, me preparo mi desayuno, me lo llevo a mi cama, de repente cuando no hay nada que hacer, yo voy a pasar un paño en el piso para limpiarlo, pero yo dije “¡no voy a limpiar más hasta que deje de llover y esté bueno el tiempo!”, porque eso es estar desgastándose, y para qué. Y en ese caso, a mis nietos o hijos no se les ocurre limpiar, hay que estar detrás de ellos diciéndoles. Antes de ayer les dije: “Tienen que llevarse toda esa ropa para el ropero, porque el living se llama living, no ropero”. Tengo que estar detrás de ellos pidiéndoles que no dejen la ropa mojada en la silla, porque con la humedad la madera se echa a perder. Después me pongo a ver tele, y a las 19:00 cuando no tengo nada más que hacer, voy a ver a la vecina. Allá conversamos, a veces llega otra amiga y somos 4, jugamos los fines de semana a las cartas o al dominó. Después mi día termina cuando prendo la estufa, pongo mi guatero, mientras la pieza se abriga, voy a cortar el gas, me preocupo de la cocina porque ¡me enferma encontrar el

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