Tramar y reparar los cuidados comunitarios: narrativa de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en Chile neoliberal
118 Tramar y reparar los cuidados comunitarios El escenario de la maternidad en los espacios colectivos Hoy la asamblea, como espacio de reunión, es más amable con mi crianza. Al principio, sin embargo, percibí mucha resistencia de los demás a que mi hija estuviera en las reu- niones, sobre todo en la plaza. Parecía que era perturbador para el espacio porque cuando mi hija lloraba incomodaba la conversación, entonces en general prefería marginarme. Muchas veces, los hombres fueron más amables conmigo que las mujeres, tal vez por un tema de machismo, pero el asunto es que me ofrecían ayuda o acompañarme hasta la casa, decían ‘oh, va con la guagüita, hay que acompañarla’, aunque tal vez una compañera sin guagua también necesitaba el apañe en ese momento. Ahora sigo viviendo situaciones donde pienso ‘pucha, falta caleta’, pero hay algunas personas que en las reuniones se preocupan del cuidado de mi hija. Y no es algo que acuerde de antemano con ellas, sino que se da de manera espontánea. Básicamente visualizan sus necesidades y tratan de respon- der a ellas, liberándome a mí de hacerlo todo el tiempo. En general, esto me ha permitido participar, opinar y no estar siempre pendiente de mi hija, con el cerebro dividido en dos. Me hace sentir tranquila, confiada en que ella está con alguien que la atiende bien. Creo que mi posición como madre en la asamblea me ha puesto en un lugar un poco distinto al que ocupan otras
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=