Tramar y reparar los cuidados comunitarios: narrativa de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en Chile neoliberal

109 Narrativas de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en el Chile neoliberal mi caso, eso significó que cuando tenía seis meses, la tiré al piso con sus gomas hasta que pudo caminar y pararse sola. Pero hacerlo es complejo la mayoría de las veces, porque los espacios no están preparados y las personas no siempre entienden porque yo quería que fuera así. En la crianza respetuosa se concibe a las niñas como personas igual que una adulta cobrando gran importancia el consentimiento para con las expresiones de cariño. En mi familia tuve varios episodios de tensión porque no quería que tocaran o le dieran besos a mi hija. Quizá era sobre- protectora, pero desde una perspectiva política pienso ‘si una ve a alguien que provoca ternura o te parece bonito no lo agarra, acaricias, tocas y le da un beso nomás, entonces ¿por qué a una guagua o a un niño se lo puedes hacer sin su consentimiento?’. En ese momento mis hermanos me decían ‘ah ya, tu hija no puede recibir cariño o afectos de tíos, ni primos, ni a nadie’, y yo contestaba ‘sí, pero cuando ella lo decida así, desde los siete años en adelante, entonces, cuando quiera jugar o necesite ayuda con las tareas, bacán que estén ahí, les voy a recordar todo su ímpetu de cariño hermanos’, ‘porque seguro cuando tenga siete me van a huevear porque no la pesco lo suficiente’. Las personas empiezan a cuestionar por todo, aunque lo que una necesita en ese momento es apañe, contención y cuidado. Ante todo, lo que una siente es la necesidad de ser atendida porque dedica toda su energía a sostener una cría. Pero el ego nos maneja y a veces se desborda. De hecho, creo que otras mamás se han sentido amenazadas cuando les he

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