Tramar y reparar los cuidados comunitarios: narrativa de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en Chile neoliberal

96 Tramar y reparar los cuidados comunitarios gestionadamente. Porque finalmente si nosotras tenemos que salir a hacer el catastro, mejor nosotras mismas nos hacemos cargo de las necesidades que tengan, en vez de estar traba- jando en el consultorio gratis. Porque básicamente era eso. Y finalmente lo hicimos. O sea, al final el consultorio nos conocía e identificaban; “ahí vienen las de la asamblea” y nos pasaban los medicamentos. Y a raíz de esa comisión nos dimos cuenta que no era sólo necesidad de medicamentos, sino que la gente también pedía cosas para comer, y ahí nos dividimos; entonces quedó salud y acopio. Porque ya con la red que ya habíamos tejido, las vecinas del catastro empezaron: que tenían una vecina, que un familiar, que no sé qué, y ahí se fue agrandando. Al final teníamos un monstruo de catastro, con varias pestañas, entonces lo tuvimos que dividir para hacerlo más ordenado. Al principio entregábamos semanalmente canastas. Una primera semana dábamos como 12-15 canastas, y la otra semana le dábamos a otras personas. Después fuimos haciéndolas una vez al mes, porque era harta pega. Íbamos a la vega, tratábamos de comprar a productores sin tanto intermediario y hacíamos campañas de donaciones. Al fi- nal se corría la voz de que estábamos en esto y te llegaban donaciones; plata y alimentos no perecibles. Igual pedíamos adentro de las casas en los mismos perifoneos que hacíamos. La campaña fue “el pueblo ayuda al pueblo”. Igual había gente que militaba en partidos políticos que eran más críticos con esa campaña, porque tiene una caducidad igual que “el pueblo ayude al pueblo”, porque nosotros también somos

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