Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas

Salvador Percastre-Mendizábal 91 web, con respecto a su conformidad, frente a un conjunto de directrices rigurosamente establecidas gracias a investigaciones comparativas y a estudios previos con usuarios (Fernández et al., 2011). Estas pautas pueden variar, desde comprobar el nivel de logro de atributos específicos hasta evaluaciones globales para predecir problemas relacionados con las interfaces de usuario, aplicándolos a maquetas, prototipos de papel o modelos. Otro beneficio de los métodos de inspección es que, a menudo, son más rápidos y requieren menos recursos que los métodos con participación de usuarios (Yáñez Gómez et al., 2014). Dentro de estos encontramos también técnicas orientadas a verificar la calidad de contenidos sensibles y de gran implicancia en la sociedad, como es el caso de las pautas de chequeo especializadas en examinar la fiabilidad de la información médica en internet (Health On the Net, 2017), herramientas muy necesarias tras la irrupción del virus SARS-CoV-2. Por ende, dado el impacto que la mejora de los sitios supone para la comunicación social y frente a las ventajas que ofrece su aplicación, a continuación, se repasan los principales métodos de inspección para la evaluación de calidad web. Análisis experto Entre los métodos de inspección se hallan diferentes técnicas, como el análisis experto , procedimiento de examen de la calidad de un sitio web o de un grupo de sitios basados en reglas bien definidas, directrices, principios heurísticos o conjuntos de buenas prácticas (Codina y Pedraza-Jimenez, 2016). Es llevado a cabo por profesionales expertos en el ámbito de la calidad web y tiene como objetivo la mejora integral de un sitio mediante la detección de puntos fuertes y débiles como parte de auditorías integrales, así como la monitorización de tendencias innovadoras en el sector, en el caso de los análisis comparativos o estudios de benchmarking (p. 18). Las revisiones de expertos pueden ocurrir temprano o tarde en la fase de diseño y el resultado puede ser un informe formal con problemas identificados o recomendaciones para cambios (Shneiderman et al., 2016). Su instrumento más representativo es la evaluación heurística , en la que un conjunto de especialistas, normalmente entre tres y cinco, juzgan si cada elemento de una interfaz de usuario sigue determinadas heurísticas o principios de usabilidad (Paz et al., 2015), o comprueban el cumplimiento de una lista de verificación heurística dada previamente. No es intrínsecamente objetiva, sino que está estrechamente ligada con la interpretación personal del evaluador del sitio web y su interacción con este. No obstante, las evaluaciones pueden diseñarse para compensar la interpretación personal tanto como sea posible. Por lo que, debido a su naturaleza, esta inspección

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