Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas

COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 78 ¿Qué podemos verificar actualmente de esta advertencia? La interfaz del aula de clases en todos los niveles educativos es la que mayormente ha sufrido cambios, los cañones de proyección están siendo remplazados o, en el mejor de los casos, complementados por pantallas digitales que pueden proyectar contenidos y establecer contactos en tiempo real entre alumnos y algún docente o conferencista para una clase híbrida. De acuerdo con Villegas (2022), en Ecuador algunas universidades han implementado esta alternativa y están permitiendo a sus alumnos el uso de celulares en el aula para mantener conexión entre dispositivos con fines académicos y facilitar la presencia simultánea de audiencias presenciales y virtuales. En el 2020, la UNESCO se apresuró a sugerir una guía de regreso seguro a clases que incluía mecanismos de comunicación con los que estuvieran familiarizados estudiantes docentes y administrativos, tales como SMS y WhatsApp para garantizar la recepción continua de información sobre los planes de acción nacionales y de la escuela para responder al virus. La International Communication Assocciation (ICA), además de la mascarilla, promovió en su evento de 2022 realizado en París, la utilización de cordones de colores e inscripciones en las credenciales de los participantes para indicar niveles de acercamiento físico (Scolari, 2022). Un cordón rojo advertía de un obligado dis- tanciamiento social con el acreditado; el amarillo permitía el saludo cauto con codos, mientras que el verde permitía los apretones de mano con su portador. Estas prácticas, que antes del 2020 bien pudieron ser tomadas como ficción, hoy se aplican y constituyen, según Scolari (2022) como “Interfaces sociales postpandémicas”. A propósito de ficciones, Valdettaro (2020) afirma que ni la literatura ni el cine distópicos de ciencia ficción a los que hemos estado expuestos por décadas, bastaron para prepararnos para la crisis del coronavirus. Por el contrario, Scolari (2020) considera que la humanidad echó mano de su enciclopedia mental sobre ficciones claustrofóbicas y de contagios para intentar interpretar una situación de crisis poco comparable con la referencia pasada más cercana, como lo es la enfermedad del VIH-SIDA. El confinamiento para Scolari (2020) supuso la separación entre el espacio interior y el espacio exterior, y agrega, en clave de Lotman, que la frontera que media ambas zonas es el lugar de conflicto, donde el virus mortal pudo adquirir la figura del invasor que se representa en historias ficticias, donde el protagonista se resiste desde el interior a ser invadido. Sin embargo, en otras ficciones puede suceder al revés: con el enemigo dentro, en el exterior se halla la liberación de la amenaza. En sus inicios, la pandemia reprodujo ambas situaciones. Con la desaforada compra de alimentos y papel higiénico, como en una historia de catástrofe, muchos se encerraron a resistir y muchos más, ante el hambre y la falta de ingresos, salieron a

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