Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
Salvador Percastre-Mendizábal 57 como característica fundamental trastocar a todo individuo independientemente del estatus social en el que se encuentren, precisamente a esto es a lo que Beck se refiere como la democratización de los males públicos globales ” (1995, p. 332). Es por ello que, el campo disciplinar de la comunicación política de crisis se vuelve fundamental en la medida que permite dar a conocer a la ciudadanía procesos que se salen de la norma general, tal como lo asienta Figueiras, en donde “todo gobierno requiere atender las distintas expresiones político-sociales para evitar un momento de crisis. Empero, cuando esta se presenta (como una inconformidad o ruptura de la situación existente), requiere una respuesta comunicativa eficaz para gestionarla y resolverla” (2022, p.123). Tener noción sobre la comunicación de crisis, es decir, eventos que puedan trastocar la normalidad y funcionamiento de un gobierno, permite anticiparse o establecer una ruta crítica que posibilite informar a la ciudadanía sobre lo que está ocurriendo y las medidas que se deben tomar para salir de esa situación. Es relevante este tipo de comunicación pues, de no gestionarse, las consecuencias para las admi- nistraciones públicas pueden ser graves: “El primer efecto que llega es que hay una pérdida de aceptación cualquiera que sea la crisis, eso va a generar que la confianza se disminuya y lo más grave es que la gente ya no va a creer en lo que está haciendo ese dirigente o en lo que podría llegar a hacer” (Pérez Múnera, 2008, p. 24). Así, de no comunicar bien en un momento de crisis, puede generar que ésta se convierta en un proceso más complejo a la autoridad, aunado a la complejidad de que se pierde o lacera la legitimidad y con ello la confianza depositada de la ciudadanía sobre un gobierno. Esta situación puede incrementarse producto del desarrollo propio del siglo XXI y el advenimiento de la cuarta revolución industrial, a lo que Daniel Bell (1973) y Manuel Castells (1999) han denominado sociedad post-industrial y sociedad informacional respectivamente: [...] el término informacional indica el atributo de una forma específica de organización social en la que la generación, el procesamiento y la transmisión de información se convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y el poder, debido a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen en este periodo histórico. (Castells, 2006, p. 47) En este sentido, el mundo además de hacerse más complejo, tal como lo denomina Ulrick Beck (1995), tiene una interconexión que posibilita, cada vez más, que las personas puedan tener conocimiento sobre lo que acontece, por lo que una crisis política puede trascender y mediatizarse a partir del internet. Así pues, la comunicación política de crisis se centra en comunicar, durante un proceso de crisis, para evitar que la legitimidad decaiga y que las personas confíen en las decisiones que se están tomando para salir de ese evento en particular. En un
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