Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 46 El análisis revela que 60%de los temas se refieren a redes sociales y tecnología. La tecnología es la más estudiada por investigadores e investigadoras de la comunicación. Luego tenemos un 20% en comunicación aplicada. ¿Qué significa esto? Temas como comunicación y COVID-19; comunicación y salud; comunicación y ambiente; es decir, se analiza la comunicación siempre en relación con otro tema, como especializa- ción. El 12% estudia medios de comunicación, por ejemplo, “la televisión y los efectos en los niños”, “la radio y su vigencia en los espacios mediáticos”, “la vigencia de los medios escritos”. Apenas el 8% del contenido, abordan la teoría de la comunicación como campo. Con estos datos, nos urge contar con metodologías que nos permitan ampliar el campo de estudio de la comunicación latinoamericana, desde autores que han desarrollado su trabajo en territorio, no solo como un espacio de investigación, sino que han hecho de este continente su lugar de convivencia y que han comprendido los distintos modos de ver la vida y entender la comunicación crítica que desde aquí se produce. La propuesta de CIESPAL es trabajar con investigadores, docentes y estudiantes de comunicación latinoamericanos y desde ahí empezar a dar nuevas respuestas a los problemas que se creían ya superados, por ejemplo, el del acceso a las frecuencias radioeléctricas o la vigencia de los medios tradicionales de comunicación. Infoxicación e infodemia En el contexto actual, y desde la práctica de la comunicación, es necesario referirse a la infoxicación e infodemia . La UNESCO ha calificado con estos dos términos, a lo que se está viviendo comunicacionalmente. La infoxicación , alerta sobre la saturación de noticias a la que está expuesta la población todos los días; desde que abrimos los ojos, hasta que los cerramos, estamos tomando nuestros celulares o móviles para “buscar más noticias”; tenemos ya incorporado el movimiento que nos permite pasar de pantalla en pantalla y “ver que ha pasado en el mundo”, para revisar las últimas novedades en redes sociales (sean de amistad o de información en general). Este frenesí por “estar enterados” ha llegado a saturar a la población y se ha transformado en una infodemia con consecuencias que afectan a la salud mental, por lo que desembocamos en una infoxicación, es decir, una intoxicación que nos enferma y que afecta el rela- cionamiento social. En la pandemia por COVID-19, nos vimos en la necesidad de contar con información, que no se podía saber si era verdadera o falsa, ya que se trató de un virus del que las autoridades mundiales no tenían conocimiento. Esto saturó de datos, entre verdaderos y no, a las redes digitales y los medios de comunicación, exponiendo a la población a una circulación de noticias falsas que fue, en algunos casos, mucho más rápida que la expansión del virus. La UNESCO determinó que no hay solamente una
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