Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas

COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 278 La construcción de género y elementos que la conforman Uno de los textos pioneros, y ya clásico, en torno a lo que se entiende por género es el de la historiadora Joan Scott (1996). Ella enumera tres características determinantes: • Es una categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado • Es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen tanto al sexo masculino como femenino • Es una forma primaria de las relaciones significantes de poder entre hombres y mujeres y las mujeres mismas La propuesta de Scott es básica para este trabajo, porque ella considera que el género es una creación cultural donde participa toda la sociedad y que, auxiliándose de cuatro elementos, logra imponer/atribuir/distribuir comportamientos, acciones, formas de ser, actitudes, estereotipos y un deber ser para cada persona dependiendo si es hombre o si es mujer. Cada una de esas maneras de ser, tendrán que ver con las características asignadas a lo femenino –perteneciente únicamente a las mujeres- y lo masculino –perteneciente solamente a los hombres-, pero la sociedad patriarcal los construye siempre como opuestos, confrontados, ajenos, extraños y separados. Es por eso que existe entre lo femenino-masculino una división, una desigualdad y una inequidad. Para Joan Scott esos cuatro elementos que construyen el género son: 1. Mitos y símbolos. Son las representaciones que crean estereotipos o un deber ser a través de diversos discursos en diferentes escenarios sociales 2. Conceptos normativos. Se hace creer que los mitos o el deber ser son producto de consensos sociales y se acepta o se resigna a cumplirlos 3. Referencias de las instituciones y organizaciones sociales como multipli- cadoras de los mitos y el “deber ser”: familia, escuela, iglesia y medios de comunicación 4. La identidad subjetiva. Es elemento representativo que detecta la manera en que se determina, se acepta, se rechaza o se cuestiona en cada personalidad un rol genérico Estos cuatro puntos operan conjuntamente y son significativos para comprender cómo, lo que es una diferencia sexual biológica, se ha ido convirtiendo en una desigualdad social, que impone la mayoría de las veces a considerar al hombre superior a la mujer, lo masculino, y lo femenino como opuestos y desiguales. Es así como se acepta, se resigna, se cuestiona, se acata, se rechaza o se integra esa manera de ser hombre o ser mujer.