Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
Salvador Percastre-Mendizábal 273 percepción del mundo, pero no tienen efecto sobre la realidad, sino sobre el modo de actuar en ella. Es decir, que el comportamiento de los individuos es afectado por la influencia recíproca de “mundos idealizados y sus diferentes versiones” (Lippmann, 2003. p. 102). Así, en la búsqueda de una mejor comprensión del proceso de ideación, actuación y valoración determinados por la ideología, cabe la siguiente pregunta general: ¿Cómo opera la ideología en el modo de pensar, actuar y juzgar de los sujetos? Una primera respuesta es a través de los estereotipos . Se propone aquí que los estereotipos operan como significantes dotados no solo de significados, sino también de relaciones con otros y, sobre todo, un contexto histórico que posibilitan su comprensión, asimilación y reproducción. Operan, en este sentido, como los “significantes flotantes” de Laclau y Mouffe, definidos como “ the political concepts that are open to redefinition ” [los conceptos políticos que están abiertos a la redefinición] y que “ are given new meanings as they are combined with other concepts in novel ways ” [reciben nuevos significados a medida que se combinan con otros conceptos de formas novedosas] (Smith, 2003, p. 84). Así, una pregunta de investigación se puede formular de la siguiente manera: ¿Cómo operan los estereotipos en la producción y reproducción de la ideología que determina el ser-en-el-mundo de los sujetos? La función de los estereotipos como mecanismos que posibilitan los estados mentales y las acciones individuales, pero también como mecanismos transformacio- nales puede ser identificada de tres maneras: 1) Como “imágenes del mundo”, significantes empleados para nombrar la realidad y sus diferentes aspectos, materiales o no, y que remiten a cadenas de significantes y otros entramados significativos que posibilitan la comprensión del mundo. Es decir, la realidad lingüística en forma de estereotipos. 2) Como comportamientos estereotipados, que se espera que coincidan con la imagen que se tiene del mundo. Son productos de los sistemas de sometimiento y cualificación del individuo y dependen de las interpelacio- nes ideológicas que sitúan al sujeto en sus dimensiones social e histórica. 3) Como juicios intuitivos, entendidos ora como “falsa conciencia” (Marx) o como “ciego automatismo” (Lippmann) y en cualquier caso funcionando como la más evidente manifestación de la ideología a la hora de valorar y juzgar los efectos de la acción propia, ajena o colectiva y sus efectos en la realidad a través de un proceso heurístico caracterizado por la presencia de
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