Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 270 de clases y los mecanismos para resolverla. La segunda, “se refiere a un acercamiento y a un conocimiento falso e idealista de la conciencia y de las motivaciones de la acción humana” (1980, p. 3). En cualquiera de los dos casos, operan mecanismos de sometimiento y cualificación. Quienes han sido sometidos, explica Therborn, a una disciplina concreta y una modelación de sus capacidades, pueden desempeñar determinados papeles para los que quedan cualificados; pero también puede suceder que haya nuevas cualifica- ciones requeridas o presentarse nuevas formas de sometimiento (1980, p. 15). El producto de tales mecanismos puede ser llamado comportamiento estereotipado . Tal producto corresponde con la noción de estereotipo en la medida en que no requiere de más aprendizaje que la imitación, lo que implica la existencia de grupos sociales que comparten rasgos comunes que son copias antiguas de un mismo modelo, como lo había sostenido G. Tarde ya a fines del Siglo XIX (2011 [Or. 1884], p. 207), pues corresponde asimismo con las imágenes que proyecta la ideología en la conciencia, y su ejecución no requiere más razón que el “así es”. Aprender a desempeñarlos es el fruto de la cualificación a la que somete la ideología. Algo similar a lo que, un siglo después, planteó P. Bourdieu al proponer la categoría “clases en papel”, idea que funciona como representación fiel de la realidad “porque los miembros de esas agrupaciones tienen condiciones y condicionamientos que permiten que tengan disposiciones e intereses semejantes, y prácticas semejantes” (Bourdieu, 1988, p. 131). Tales condicionamientos, en su representación, pueden ser equiparados con los estereotipos. Agrega el sociólogo francés que las prácticas y representaciones de los agentes en el sistema social, varían según su posición y su habitus , entendido este como un sistema de esquemas de percepción, a la vez que como estructuras cognitivas y evaluativas adquiridas por experiencia en esa posición (Bourdieu, 1988, p. 134). Agrega que “las correspondencias que establece el habitus hacen que el mundo social no se presente como puro caos”, ya que es, a la vez, un sistema de esquemas de producción de prácticas y un sistema de esquemas de percepción y apreciación de esas prácticas, y cuyas operaciones expresan la posición social (Bourdieu, 1988, p. 134). La relación entre habitus y estereotipos se hace evidente cuando Bourdieu señala, que la construcción de la realidad social pasa por el dominio del léxico destinado a nombrar el mundo social, ora para conservarlo, ora para reemplazarlo; además, sostiene que “la legitimación del orden social no es producto de propaganda o de imposición; ocurre porque las estructuras de percepción y apreciación salen de las estructuras objetivas y muestran el mundo como evidente” (1988, pp. 133-134). El efecto de esta legitimación es la producción de los ya señalados mecanismos de sometimiento y cualificación que ordenan las prácticas señalando, además, quién
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