Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas

COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 268 y de manera idéntica a la lingüística saussureana y la realidad extra-lingüística , no puede ser verdaderamente conocido si no es por la mediación del lenguaje o, lo que es lo mismo, los estereotipos o la ideología. La interpelación ideológica ya aludida somete y cualifica a los sujetos diciéndoles, haciéndoles reconocer y relacionándolos con: a) lo que existe, y su corolario, lo que no existe; b) lo que es bueno, correcto, justo, hermoso, atractivo, agradable, y todos sus contrarios; y c) lo que es posible e imposible (Therborn, 1980, pp. 15-16). Es decir, la ideología, en primer lugar, indica al sujeto su identidad y, como contenido de esta, la estructuración de su mundo en términos de lo que existe y es conocido, y de lo que no existe, solo por no ser conocido por ese sujeto. En segundo lugar, la ideología señala al sujeto las dimensiones axiológicas de su ser-en-el-mundo, lo cual, a su vez, conduce al sujeto a desarrollar sus actitudes y, luego, sus comportamien- tos (sean o no los segundos consecuencia de las primeras). Finalmente, al distinguir lo posible de lo imposible, la ideología señala al sujeto su lugar en el mundo, lo cual tiende a determinar no solo el conjunto de actividades que realiza, sino también el modo de evaluar el fruto de su acción. Asimismo, la teoría aquí analizada, despliega la noción de ideología como un particular ser-en-el-mundo en dos dimensiones para el sujeto consciente: la primera referida a «ser» y la segunda a «en-el mundo». Ser, a su vez, implica la doble condición de lo existencial y de lo histórico; la primera referida a la condición propia del sujeto que existe en el mundo y está relacionado con otros sujetos, y la segunda referida a las circunstancias de ese sujeto en un determinado lugar y tiempo históricos. La dimensión de en-el-mundo se refiere a la doble condición de inclusivo y posicional, la primera referida a la pertenencia del sujeto a un grupo y la segunda a la posición que ocupa en él (Therborn, 1980, pp. 19-20). Las cuatro combinaciones posibles de estas condiciones componen “las formas fundamentales de la subjetividad humana” y, por tanto, “cuatro tipos principales de interpelación que constituyen estas cuatro formas de subjetividad” (Therborn, 1980, pp. 20-21). 1) Ideologías de tipo inclusivo-existencial, que se refieren a cuestiones trascendentes en la vida de los sujetos, habitualmente contenidas en las mitologías, las religiones y los discursos morales; 2) ideologías de tipo inclusivo-histórico, que indican al sujeto su cualidad de sujeto consciente en los mundos socio-históricos (v.g. la tribu, el pueblo, la etnia, el Estado, la nación, la iglesia), que precisamente por ser plurales pueden superponerse, competir y chocar unos con otros; 3) ideologías de tipo posi- cional-existencial, que son las que cualifican al sujeto para ocupar una determinada posición dentro del mundo al que pertenece; y 4) ideologías de tipo posicional-históri-

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