Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 218 Democracias cansadas y esperanzas digitales Empiezo por el mundo político, que a la Red Iberoamericana de Investigación en Comunicación, Política y Sociedad (RIICOPS) le interesa especialmente. Hay de todo para pensar en este ámbito y me gustaría destacar algunas notas. Por un lado, lo que llamaría una “democracia desganada”. Democracias de baja credibilidad y o de baja intensidad, como le llaman desde hace tiempo otros (Forero, 2003). Hay diversas manifestaciones de eso hoy en todas partes. Una de las más recientes es el caso francés, ese voto desganado de tantos ciudadanos por un presidente al que ya no quieren -lo dicen prácticamente todas las encuestas-, pero lo prefieren ante un mal peor. Ese tipo de ciudadanía que muchas veces no va a las urnas -no en todos los países es obligatorio votar-, pero cuando va lo hace apenas para evitar un mal peor. Y lo que pasa luego durante los mandatos de gobiernos así elegidos coincide con estas pocas ganas, con esa democracia cansada. En América Latina, una medida de ello la dan las sucesivas ediciones de La- tinobarómetro (2021), que muestran que la confianza en la democracia ha venido cayendo en la última década, hasta quedar por debajo de la mitad de la población que cree que “la democracia es preferible a cualquier otro régimen” (49% en 2020). En paralelo, ha crecido el número de personas para las cuales resulta indiferente un régimen democrático que uno no democrático, y el ascenso del apoyo a regímenes autoritarios en varios países de la región. Una segunda manifestación, de este mundo político que nos golpea, es la guerra en Ucrania, que para muchos latinoamericanos parece lejana, y podría serlo. No hay una respuesta simple para resolver por qué esta guerra importa más, mediática y políticamente, que las desarrolladas en Siria o en Yemen, que han cobrado miles de víctimas desde sus inicios -desde 2011 y 2015 respectivamente-, quizás es una mirada eurocentrista o nortecentrista de la importancia de los conflictos la que pone en el centro a esta guerra y deja a las demás en la periferia. Pero es cierto que lo que está sobre la mesa es muy peligroso. Esta que parece una “Guerra Fría” olvidada y se pone caliente otra vez, pone efectivamente al mundo en una encrucijada. Una tercera manifestación del mundo político, tiene que ver especialmente con quienes les interesa la comunicación política, y también es un signo pesimista. Me refiero a la desvalorización de la verdad en los procesos electorales y democráticos. Parece que la realidad o los hechos demostrables ya no importan, que lo que importa -en todo caso- es la velocidad y capacidad de manejar digitalmente la mentira. Por ejemplo, hemos visto procesos electorales completamente contaminados por la mentira digital, y esto tiene mucho que ver con nuestras preocupaciones de hoy.
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