Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
Salvador Percastre-Mendizábal 203 La frontera México-Estados Unidos en la actualidad Al hablar de cultura política, se debe tomar en cuenta el proceso histórico de la formación de determinada identidad, en un espacio geográfico específico y también es importante ubicar los aspectos actuales relevantes de dicho espacio, donde convergen las relaciones sociales que siguen moldeando esa identidad. Al hablar de la frontera, no basta con mencionar las características territoriales, económicas y poblacionales, sino aquellas relaciones de poder que transforman la vida en los espacios (Hernández, 2021, p. 5). Por tal motivo, se presentan algunos rasgos de la frontera en la actualidad. En el último año, las decisiones gubernamentales de Estados Unidos han incrementado la imagen de una frontera que separa. En tiempos de pandemia causada por el COVID-19, parece que esto se confirma (Lara-Valencia y García-Pérez, 2021, p.11). El presidente Trump se enfocó en México como enemigo durante la pandemia (Méndez y Reyes 2020, p. 3), asegurando que Tijuana era la ciudad con más contagios de COVID-19 en el mundo (Estrada, 2020). Las medidas tomadas por el gobierno estadounidense para frenar la pandemia, se han vinculado a las utilizadas para inhibir la migración irregular, el tráfico de personas o el narcotráfico (Barrios de la O y Cruz, 2022, p. 57). Más de año y medio cerrada la frontera terrestre para los cruces no esenciales, reafirmó la idea de que la frontera está ahí para proteger excluyendo, situación que ha sucedido en la mayoría de los países del mundo. La idea de la separación ha estado desde que se marcó el límite geográfico a mediados del siglo XIX. Desde los años ochenta del siglo XX, los gobiernos es- tadounidenses han proyectado la idea de un muro más que un puente, siendo la administración Trump la que se empeñó más en este propósito, por lo menos en el discurso político. Los temas de frontera son altamente politizados (Dongkyu, et al, 2020, p. 3). El gobierno estadounidense está interesado en politizar aún más, es decir, en debatir situaciones de ventaja y desventaja para su nación. Acusando a gobiernos y ciudadanos por trasgredir su frontera y recalcando el daño que puede hacerse a su país, si éste no organiza mejor la entrada de extranjeros, si no se cierra más y si no se castiga adecuadamente a los trasgresores. En el enfoque hegemónico el tema de la seguridad fronteriza es de corte militar-punitivo (Díaz, 2021, p. 11). La Operación Streamline en 2005, en el sector Del Río, Texas, significó el aumento de castigos penales mientras se era aprehendido cruzando la frontera (Amuedo-Do- rantes, 2014, p. 1; Torre, 2021, p. 74). También, en 2006 se lanzó una red de vigilancia de alta tecnología, que consistía en torres que combinaban imágenes de alta resolución, radares y sensores en el piso que proveen información en tiempo real de cualquier movimiento en las áreas que cubrían (Chambers, et al, 2021, p. 2). La frontera inteligente persigue el objetivo de proteger mejor sus intereses cerrándola cada vez más. Como un escudo protector frente a amenazas externas y su necesario reforzamiento como una condición para la preservación de la integridad nacional
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