Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas

COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 190 Sin embargo, si bien la proyección exterior de un país es un hecho comunicacional en sí mismo, ello no supone que siempre sea asumido como tal, lo cual implica que muchas veces se pierdan importantes espacios, cargados de infinitas potencialidades para construir y desarrollar relaciones a través del establecimiento de determinados canales de comunicación, en áreas puntuales de interés común. Así, por ejemplo, el concepto de cooperación internacional para el desarrollo (CID), puede tenerse en cuenta en materia de diplomacia pública, proyección exterior e imagen país. Desde la perspectiva de la proyección exterior , la CID toma nuevos matices a la hora de gestionar las acciones que realizan los gobiernos y entidades de la sociedad civil, orientadas a mejorar las condiciones de vida e impulsar los procesos de desarrollo en países de vulnerabilidad social, económica o política, con base en criterios como la equidad, la solidaridad internacional y el interés mutuo. En ese sentido, el enfrentamiento de los actuales retos globales, los cuales requieren de intervenciones concertadas entre distintos gobiernos y actores alrededor del mundo, en buena medida impugna la concepción westfaliana tradicional del Estado-Nación y empuja el campo de las relaciones internacionales hacia temas poco tratados anteriormente, por ejemplo, el tema del papel de la ciencia. Las soluciones a esos retos, deben basarse en la interacción entre los actores y el conocimiento, que aprovechen, potencien y promuevan las fortalezas de cada país, así como sus nichos de innovación, talento y competitividad (Ordóñez-Matamoros, Roa y Centeno, 2021). Este tipo de espacios, son propicios para la construcción de relaciones, y adquieren una importancia extraordinaria, por cuanto estos se convierten en espacios de diálogo, entendidos como ambientes de comunicación y canales de contacto recíproco, los cuales se ven altamente favorecidos por códigos comunicacionales, también comunes entre esos actores, más allá del idioma o la ideología. El aprovecha- miento, manejo y desarrollo de los mismos, constituye una herramienta inestimable como recursos de poder para identificar, influir y construir relaciones que se basen en el respeto y la empatía. Sin duda, estos elementos apuntan hacia pautas esenciales para distinguir entre las diferencias políticas e ideológicas y las posibilidades reales de avanzar de conjunto, por ejemplo, en temas específicos como la salud, el cambio climático o la agricultura, sobre todo, en la manera en que se pueda estar en capacidad de comunicar estos propósitos.

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