Comunicación, política y sociedad. Estudios y reflexiones contemporáneas
COMUNICACIÓN, POLÍTICA Y SOCIEDAD. ESTUDIOS Y REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS 172 la consulta de las comunidades sea un derecho que progresivamente va desarrollando otros derechos que no están en el orden convencional. Esto significa que, la consulta a las comunidades, se constituye en fuente de progresividad de derechos que resultan fundamentales para la vida en colectivo cuando se confrontan con las exigencias de un modelo de explotación capitalista. Lo que se pone en juego es el valor del juicio que se hace de las necesidades vitales frente a las expectativas económicas, donde la ponderación permite reconocer la primacía de la conservación del mundo natural como entorno seguro para perpetuar la especie humana en el planeta. En este orden de ideas, lo que se postula a partir de la consulta es el derecho de las comunidades a resolver el dilema entre el desarrollo económico o la extinción de la vida humana, y a plantear un modelo de desarrollo que haga compatible la vida humana con la conservación del entorno. Este dilema representa un problema mayúsculo, cuando se lo mira en perspectiva de las proyecciones de la política económica de los Estados, dado que, las exigencias de las políticas macro-corporativas presionan para que los Estados cumplan los indicadores de crecimiento económico a cualquier costo, sin importar lo que se ponga en juego para alcanzar esas metas. Sin embargo, el amplio margen de participación que implica el modelo democrático que está aparejado con el modelo económico liberal, representa para este último una traba para el desarrollo de las posibilidades de explotación minera en los territorios colombianos con posibilidades de aprovechamiento. Ahora, las nociones de desarrollo que trae una democracia extensiva-participativa y la economía liberal son opuestas. Por un lado, el desarrollo se va a enfocar en la conservación para la preservación de la especie humana ante el deterioro y la extinción progresiva del entorno natural apto para la vida del hombre, y para alcanzar esos objetivos se toma como instrumento la consulta a las comunidades; y por el otro lado, el de la economía liberal, la noción de desarrollo se mantiene en la explotación a gran escala de los recursos disponibles en los territorios. La oposición de estas nociones de desarrollo, enfrenta al modelo económico con su propia propuesta política, la que tendrá que delimitar si quiere invertir la ecuación que resulta de la extensividad de la democracia, para que, a menor democracia sea posible mayor rentabilidad económica, con una variable adicional: menores probabilidades para la conservación de la especie humana. La consulta a las comunidades en procesos de explotación de recursos naturales no renovables, como un derecho fundamental, conlleva la aparición de derechos atemporales que imponen la obligación moral a las generaciones actuales de conservar y asegurar las condiciones medioambientales adecuadas como espacio de vida, para las poblaciones que están por venir; imponiendo, además, la obligación de transferir
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